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Jueves 25 de Abril de 2024   











Los veteranos de Malvinas, a 35 años de la guerra
21/4/2017 Vicente López - Homenajes

 
Cualquier ideología se va a encolumnar detrás de la causa Malvinas

Soldado conscripto del regimiento de Patricios, el titular del Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas local, Luis Quinteros, describe la situación actual de los ex combatientes, revela que, pese al paso de los años, el sistema de salud pública aun requiere de ajustes para ser eficaz en la contención que necesitan, acepta que el reconocimiento social a los veteranos es mayor que recién terminada la guerra; valora el rol de los docentes que los invitan a las escuelas.

-¿Cómo han sido todos estos años de posguerra para los ex combatientes?
-El aspecto económico ha ido mejorando a lo largo de los años. En la salud se podría mejorar. Al acceder al primer beneficio pensionario, allá por el año ´91, cuando teníamos 29 o 30 años, teníamos -y tenemos- como obra social PAMI y en ese momento no estaba estructurada para recibirnos, estaba dedicada a la tercera edad, no había ginecología, ni pediatría para los hijos. Esas situaciones se fueron modificando pero hay falencias en el interior, acá en Buenos Aires tenemos prestadores, pero allá no hay tanto acceso. Vicente López pone a disposición hace varios años, desde 1984 casi, tácitamente, todos los efectores de salud, para compañeros de éste y otros distritos sin distinción; el Hospital Italiano, por ejemplo, para un endocrinólogo da turnos a dos o tres meses, ante una urgencia entonces pueden venir acá… es un valor agregado acá en el distrito.

-¿Han exteriorizado esa necesidad a las diferentes autoridades?
-Cada vez que hay una nueva gestión vamos las organizaciones de veteranos de guerra a enterarlos, interesarlos… A nosotros nadie nos regaló nada. Todo surge de la lucha de las organizaciones. Cuando finalizó el conflicto, para los que volvimos se hizo muy difícil el acceso al trabajo, ser ex combatiente te excluía. La primera pensión graciable, en el año 1991, no otorgada por iniciativa del gobierno, era una limosna, aunque no pedíamos reconocimiento dinerario. Nació por incumplimiento de otras leyes de 1984 de acceso al empleo, salud, vivienda. Dos diputados de distinta extracción política nos ayudaron a conseguirla, Chacho Jaroslasky y Lorenzo Pepe. Recuerdo que yo ya estaba casado y no me alcanzaba ni para las expensas. En 2004 las organizaciones consiguieron que esa suma fuera el equivalente a tres jubilaciones mínimas. Yo no milito desde la primera hora, pero hay asociaciones de veteranos que se empezaron a conformar apenas volvimos de la guerra. Las asociaciones de veteranos, más allá de diferencias organizativas o ideológicas, han sido fundamentales para estar donde estamos.

-Para el común (incluido el periodista) es inimaginable qué es estar bajo fuego…
-Hay una realidad que es la edad: a los 18, 19, 20 años uno se siente inmortal. Una de las cosas que yo pude rescatar es el compañerismo, la camaradería, vivir en un plano de igualdad con tipos de niveles socioculturales muy distintos, comíamos todos lo mismo, teníamos la misma ropa. En mi unidad éramos 1.800 pero fuimos al frente 180 y al resto le quedó un sabor amargo. No sé por qué, a la hora de esa selección, dejaron afuera a todos los de la colectividad judía, y entre ellos yo había hecho amistad -hoy es mi hermano de la vida-, con un muchacho de la colectividad y él se coló y vino igual, porque iba yo. Yo estuve en la batalla Cerro dos Hermanas. Todos teníamos miedo, si alguien estuvo allá y dice “no tuve miedo” miente o está mal de la cabeza. El buen jefe hace que el soldado se sienta protegido, y gracias a Dios a mí me tocó un buen jefe. Lamentablemente hubo otras situaciones que no fueron así, pero tampoco hay que generalizar.

-¿Qué secuelas en la salud dejó la guerra en los ex combatientes?
-Ahora se nos suman las propias de la edad… Pero la típica de la guerra era la neurosis postraumática, con los años se supera un poco, cambian algunas cosas, si se logró formar una familia es positivo, pero siempre quedan secuelas y ahí es donde entre los mismos veteranos de guerra acudimos a aquel que lo necesita y se busca que reciba una atención adecuada. En nuestro Centro el veterano, Javier Torres, está atento a la emergencia psiquiátrica y es el que pone en marcha todo el aparato para la atención. No con la intensidad de los primeros años, pero todavía persisten suicidios y esto es también por el abandono, el olvido. Muchas veces decimos que fue peor la postguerra que la guerra, porque en el frente uno sabe perfectamente lo que le puede pasar, pero en la posguerra se tienen expectativas… y de no ser por las organizaciones…

-¿Al pasar los años la sociedad los fue reconociendo más?
-Nuestra queja nunca fue al pueblo, que siempre nos ha demostrado afecto. Pasa que desde las elites dirigentes han difundido tan mal, lo que fue la cuestión Malvinas. Esto a las nuevas generaciones mucho no les entró, tienen otra mirada. Una de las cosas que logramos es que nos llamen de las escuelas, y casi no tenemos tiempo de cumplir con todas, cuando en los primeros años uno iba casi clandestinamente y el docente que invitaba prácticamente se jugaba el puesto pues “no había que hablar” de Malvinas. En las escuelas los chicos se sorprenden de lo que uno relata, no solo del frente, sino del después. Y con que el 10% de los que escucharon, lo cuenten en la casa, bueno se está ganando la batalla cultural.

-¿Qué opinión tiene de la guerra de Malvinas?
-Fue durante el gobierno militar. Yo estaba a días de terminar el servicio militar. Recuerdo la marcha del 30 de marzo (de 1982) de la CGT en la Plaza de Mayo, con la represión, y a las 48 ó 72 horas, en la misma plaza, auto convocados, y sectores antagónicos conviviendo todos detrás de la bandera argentina. Pero hubo otra plaza, el 10 de abril, la del “…si quieren venir que vengan les presentaremos batalla…” (frase del ex dictador Leopoldo Galtieri) y la gente ovacionó esa bravuconada. Creo que fue una especie de plebiscito de la guerra. Si hoy en día hago un relevamiento con contemporáneos, y un poco más grandes, me dicen: yo no estuve; es la típica “no hacerse cargo”. Los presos políticos de la dictadura armaron un banco de sangre en las cárceles para los soldados. Hubo 250.000 voluntarios en el ministerio de defensa para ir a pelear, hubo donaciones, cartas y más ¿Cómo es posible que todo esto no se haya difundido? Se hace un reduccionismo, se dice “el borracho que mandó a la guerra…” (Galtieri) y se acabó. En Youtube hay una película, ¡Hundan al Belgrano! (crucero hundido durante la guerra) que ofrece una visión más global de lo que fue la guerra y no el reduccionismo.

(La entrevista es en La Farola, de Olivos. Quinteros mira insistentemente a través de la vidriera calle abajo, el periodista lo nota y el ex soldado relata: miro porque creo que en esta cuadra hay un templo adventista y hace un par de años nos invitaron para charlar sobre esto, y acordamos una charla de 40 minutos, a eso de las siete de la tarde con jóvenes, bueno, nos hicieron quedar como hasta las 11 de la noche.)

-¿Qué es indispensable después de 35 años?
-Transmitir la conciencia sobre Malvinas. Esto no se terminó con los actos del 2 de abril y la declaración de ciudadanos ilustres. Continúa con el mural en la estación Padilla el 29 de abril. Vamos a tener actividades en el Cine-Teatro York y en el Centro Cultural Munro. Sería bueno, y esto no lo digo por Vicente López, donde nosotros estamos “malvinizando”, sino en muchos otros lugares, que la agenda plena de Malvinas sea todo el año. Malvinas une, si la dirigencia busca la unión de los argentinos, Malvinas une. Cualquier ideología se va a encolumnar detrás de la causa Malvinas, este es nuestro sueño.

Gustavo Camps


Ciudadanos Ilustres
El Concejo Deliberante local declaró ciudadanos ilustres a los vecinos del distrito, caídos y ex combatientes veteranos de la Guerra de Malvinas. La entrega de los diplomas de honor se realizó en el marco de la semana en conmemoración a la Guerra de Malvinas, que organizó el Cuerpo Legislativo. Fueron distinguidos 110 vecinos. El presidente del cuerpo legislativo, Carlos Sandá, anunció que propiciará una ordenanza que disponga que el evento de la Semana de Malvinas se repita anualmente. Tras la entrega de los diplomas de honor, se descubrieron dos placas con los nombres de los vecinos veteranos y caídos en la Guerra de Malvinas, en la plaza De la Memoria, en la planta baja del edificio legislativo municipal. Como parte del evento, el cantante, Fabio Santana, ex combatiente, vecino de La Matanza, amenizó la reunión con un espectáculo musical. La semana conmemorativa fue declarada de interés por la Cámara de Diputados de la Nación.


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