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Lo que sabíamos… hoy nos lo niegan
Sr. Director:
Recuerdo durante el gobierno pasado, cuando las inundaciones en la provincia de Buenos Aires, de la existencia y la angustia de los habitantes de las zonas que padecían la contingencia.
Los canales de televisión daban cuenta de los pesares, las angustias, la pérdida de bienes y de las necesidades básicas insatisfechas. Algunos políticos de la oposición chapuceaban en las calles de barro, preocupados por la suerte de aquellos.
El gobierno de ese entonces se hacía presente, ampliaba beneficios sociales a través de Anses, la ministra de Acción Social junto a las fuerzas cívicas aportaban agua, lavandina, ropas, alimentos, reparación de bienes perdidos, con la colaboración de ejército, fuerzas de seguridad, y gran número de voluntarios.
Recuerdo cómo se criticó la ausencia del gobernador por veinticuatro horas en el lugar del siniestro. Eso lo sabíamos. Eso nos informaban.
El Estado estaba presente en ese entonces.
Hoy sabemos que las aguas aumentan su nivel.
Pero no sabemos nada, nos niegan saber de la suerte de aquellos que padecen las inundaciones. Conocemos por una suerte de “infidencia informativa” a través de un líder en estas contingencias, me refiero al amigo de todos Car, que las Ong, grupos sociales, aportan ayuda. Del estado ni la hora.
Si sabemos, que la autoridad máxima disfruta en villa la angostura. Del futuro de los inundados… ignoramos. Los noticiosos televisivos, tan preocupados hace no muchos meses con lo que ocurría en la Prov. de Buenos Aires, y los inundados, hoy ni aparecen, ni “informan”.
De igual manera podemos hacer referencia a la situación de aquellos que necesitan, sin lugar a dudas, agua potable, grupos electrógenos, apoyo para solucionar los trastornos de ancianos aislados por vivir en pisos altos y carentes de agua… me refiero a los que carecen desde hace varios días de electricidad… recordarán la actividad del Estado presente en esas circunstancias, de un ministro que se preocupaba de poner grupos electrógenos, de las fuerzas de seguridad y bomberos aportando agua potable y ayuda necesaria… hoy “ignoramos la suerte” de estos ciudadanos… pareciera que están satisfechos por lo que pasa, que no se quejan, que no cortan calles, que no se manifiestan… pero están, existen, se manifiestan, pero nos hacen “ignorarlos”
Antes sabíamos, hoy gracias al mensaje esperanzado del pastor electrónico no existen, la nueva norma decretada con urgencia y necesidad nos dice que mejor “ignorar” las cosas feas, las que demandan solidaridad, trabajo, ocupación permanente.
¿Hasta cuando se podrá aceptar esta consigna de ignorar? Hasta que nos toque a cada uno de nosotros saber que como los obreros de “cresta roja” están despedidos, que los empleados públicos son cesanteados, que las pymes cierran, de la pérdida del valor del salario y su poder adquisitivo, que no aumentan las jubilaciones… ¿hasta cuándo…?
Juan José Prado
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