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El padre Pancho, con un evangelio comprometido
Hasta el domingo 29 de mayo se puede visitar la muestra, Padre Pancho Soares, luchador del compromiso, el trabajo y la dignidad, en el Museo de la Reconquista, situado en Padre Castaneda 470 (esquina Liniers). El Padre Pancho, como lo conocían sus feligreses, fue asesinado por sus ideales evangélicos, el 13 de febrero de 1976, junto con su hermano Arnoldo.
Pancho Soares (1921-1976) nació en Brasil pero desde muy pequeño vivió en la Argentina. Fue ordenado sacerdote en 1945. Ejerció en la Parroquia Nuestra Sra. de Carupá, en Tigre. Fue un cura comprometido con los pobres de toda pobreza y los trabajadores. Por esto lo asesinaron, poco antes del golpe de Estado de 1976.
Pancho vivía en una casa contigua al templo con su hermano Arnoldo, minúsvalido. Allí los mataron a ambos. El sacerdote era muy querido y hoy es honrado por la comunidad, que colocó una baldosa en su recuerdo a las puertas del templo; una calle en Tigre (ex Catamarca) lleva su nombre en la actualidad.
El 13 de febrero último se cumplieron 40 años de aquel asesinato impune, como tantos otros de la última dictadura cívico-militar. Pancho, poco antes de su muerte, había participado en el entierro de delegados sindicales del Astillero Astarsa, que fueron secuestrados y asesinados por reclamar mejoras laborales.
Una exhibición en el Museo de la Reconquista, de Tigre, le rinde tributo por su compromiso evangélico materializado en lo social. Bajo el nombre "Luchador del compromiso, el trabajo y la dignidad", la muestra puede visitarse con entrada libre (bono contribución $ 10), hasta el domingo 29 del actual, de miércoles a domingo, de 10 a 18.
El museo tigrense posee la Sala de la Memoria, la Verdad y la Justicia, con la temática de las víctimas del terrorismo de Estado, durante la última dictadura cívico-militar. Allí se recuerda a hombres y mujeres de Tigre; obreros, estudiantes, docentes, religiosos, funcionarios, artistas e intelectuales, que sufrieron persecución y desaparición.
En uno de los salones se encuentra la exposición sobre el Padre Pancho. La muestra cuenta con fotos y elementos personales del cura como carpetas, plantillas grabadas en oro, tarjetas personales, ropa y una máquina de escribir. Varios de estos objetos también suelen exponerse en un rincón de la parroquia de Carupá.
En 1976, tras su penoso asesinato, los diarios nacionales que se “ocuparon” en su muerte escribieron que iba en un auto y que tenía filiación política. Era falso como tantas otras cosas que “informaban” entonces. Los lugareños de mayor edad, y los feligreses que lo conocían bien, hasta la actualidad dan fe de estas falsedades.
Por entonces, el propio Monseñor Aguirre, obispo diocesano entonces, en la misa de cuerpo presente por el padre Pancho dijo: “Es imprescindible que se sepa y se publique que por sobre todas las cosas fue un sacerdote cabal que, como tal, sirvió a Cristo y a los pobres”. En 2011, Tigre lo declaró “Ciudadano Ilustre Post Mortem”.
GC
Padre Pancho, un cura del pueblo
En 2010, al cumplirse 34 años del asesinato del Padre Pancho, Prensa Libre publicó que en el barrio de Carupá el cura predicaba la palabra, pero también llevaba la vida como todos. Organizó una fábrica de plantillas, luego fundó la Comunidad Juan XXIII, donde se fabricaban baldosas, y él mismo trabajó en los emprendimientos como un obrero más.
También traducía escritos del francés y llegó a emplearse en la contaduría de un supermercado de la zona para ganarse la vida con trabajo. Durante el verano de 1976 en la zona comenzaron a verse caras extrañas, a pié o en automóviles, que escudriñaban y acechaban la capilla y el barrio. Para los vecinos y para el propio Pancho no pasaban inadvertidas, pero él no se inquietaba. Pancho fue asesinado el 13 de febrero de 1976, una semana después de que su voz de denuncia se escuchara en el entierro de tres delegados sindicales del astillero Astarsa, secuestrados y asesinados por reclamar mejoras en el ambiente laboral.
Link Permanente: http://www.prensalibre.com.ar/index.php?id=10347
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