Incendio en el complejo de monoblocks del Bajo Boulogne
Un incendió en el local de la administración, en la madrugada entre viernes y sábado últimos, quemó mampostería, muebles y elementos de limpieza e iluminación. Según los primeros indicios fue generado por combustible que habría sido derramado intencionalmente. La administración es elegida por los vecinos, pero por la magnitud del barrio -15.000 habitantes en 1.542 viviendas- siempre se plasman intencionalidades políticas.
El señor Poblete y su mujer, Cristina, viven en el Barrio San Isidro hace más de 30 años, en un departamento vecino a la oficina de administración del barrio, entre las escaleras 111 y 102. El sábado último, cerca de la 1, saltaron de la cama al escuchar una explosión y salieron con cuidado a ver qué pasaba. La administración se incendiaba.
El Barrio San Isidro es un gran complejo habitacional que se levanta en las vecindades de la Panamericana y el Camino Real a Morón, en el Bajo Boulogne, al oeste del distrito. Lo componen 13 edificios, en 145 monoblocks, con 1.542 departamentos, de tres a seis ambientes, 42 locales comerciales y 6 establecimientos educativos de diferentes niveles.
“(…) Uno quisiera ver a gente con capacidad, dispuesto a disputar un puesto o un espacio con la congruencia del que sabe, y piensa poner de manifiesto ese saber en beneficio de todos, pero ayer a la madrugada pusieron un artefacto explosivo en la administración del barrio (..)” escribió en su Facebook el domingo, María Ortiz, otra vecina.
En un comunicado de prensa la administración del consorcio barrial adjudicó el incendio a “un grupo de violentos” y denunció que el administrador, Ariel Renedo, “recibió amenazas, él, su equipo y su familia”, con el objetivo de “desestabilizar la situación de la administración” con intencionalidad manifiestamente política.
Uno de los punteros que apuesta fuerte en el lugar es el possista, Juan Cuello, y desde la administración todas las miradas lo interpelan a él pues, según dicen, es uno de los que ha tratado de que sus redes lleguen allí. “Siempre hay algún loquito que se deja influenciar y pasan estas cosas” afirmó una fuente, en este sentido.
El administrador Renedo, más joven que los Poblete, pero desde hace años vecino del complejo también, dialogó con Prensa Libre sobre el siniestro –que produjo daños materiales de importancia, pero no personales, según se difundió en el parte de prensa- e informó que se hizo la denuncia policial en la Comisaría 9na. del barrio La Horqueta.
La charla fue el martes último, luego del mediodía, parte en las oficinas incendiadas mientras Renedo y otros limpiaban -el olor a quemado y las huellas del fuego eran evidentes- y parte en el Centro de Jubilados “Provincianos Unidos”. Según se informó, se quemaron, entre otros, el ordenador, bolsas de residuos, enceres de limpieza y lámparas.
Inseguridades
La administración es elegida por vecinos entre varios postulantes, el mandato dura dos años y es renovable. La particularidad del Barrio San Isidro es su gran tamaño, por ende, el lugar es una carta apetecible para el juego político y las cuestiones del consorcio se suelen mezclar con disputas por el poder.
El propio Renedo no esconde su militancia en sectores opositores a la actual intendencia, y la gacetilla de la administración lo describe como “reconocido militante político zonal”. Sin embargo él administra el consorcio desde 2006, pues pudo poner orden administrativo, luego de una gestión que buscaba eternizarse en la administración.
El vecino no descartó que el incendio haya sido intencional, y por motivaciones políticas. En esta línea, informó que desde agosto y setiembre hay en el barrio una seguidilla de hechos de inseguridad, cuya responsabilidad trataron de adjudicarla a su gestión, cuando en rigor la administración no tiene injerencia en la seguridad del barrio.
Según explicó, en ese lapso se registraron varios “arrebatos” de carteras y mochilas a vecinas y estudiantes, por la mañana temprano, o al anochecer, que es cuando menos gente camina por los pasillos del barrio; también el robo de motos estacionadas en los ingresos a los departamentos de planta baja o a las escaleras de los edificios.
“Nosotros, y yo en persona, apoyamos un petitorio que está circulando y que un grupo de vecinos quiere acercarle al intendente Posse para que gestione mayor presencia policial” informó Renedo y señaló: “sería bueno también que la subcomisaría del barrio tenga más agentes pues actualmente tiene uno solo que recibe y deriva las denuncias”.
Renedo señaló que la administración se ocupa en la limpieza general, la iluminación; en controlar que se cumpla con el servicio de recolección de residuos, de agua potable y de cloacas, entre otras cuestiones; y aclaró que “lo hacemos para todos los vecinos, incluso para quienes adeudan o directamente no pagan las expensas”.
Este último dato no es menor, pues desde la administración aseguraron que los opositores también fomentan que no se paguen las expensas para que el consorcio tenga menos recursos para cumplir con sus obligaciones. En la actualidad, no obstante, calcularon que aproximadamente el 50% cumple con los pagos.
Al cierre de esta edición se informó que sindicatos como la CTA y Judiciales, así como el bloque de concejales del Frente para la Victoria, organizaban una conferencia de prensa, en la sede del sindicato judicial, para “repudiar lo sucedido en el Barrio San Isidro (BASI)” y reclamar que la intendencia tome cartas en el asunto para dar con los responsables.
