La Defensoría del Pueblo entregó certificados a 90 mediadores voluntarios que se capacitaron a partir de un programa anual organizado por la entidad –la única en su tipo en la región-, centrado en el abordaje constructivo de los conflictos, con herramientas como la programación neurolingüística y técnicas de cooperación y consenso, dictado por docentes y especialistas ligados a la institución e invitados. El acto fue en el Deliberativo local, el miércoles al cierre de esta edición.
Con la entrega de certificados a 90 mediadores voluntarios que participaron, la Defensoría concluyó por este año el programa anual de capacitación, en resolución no adversativa de conflictos y mediación, que organizó con docentes y especialistas allegados a la entidad e invitados, los cuales también fueron reconocidos.
El programa se desarrolló a través de encuentros durante el año. La reconocida experta, Graciela Curuchelar, abogada, mediadora, conciliadora en Relaciones de Consumo y formadora de mediadores, tuvo a su cargo la temática, Abordaje Constructivo de Conflictos, que sitúa al conflicto como una oportunidad de cambio positivo.
Hubo también dos ateneos de casos prácticos, a cargo de Silvia Kohen, ex Defensora del Pueblo Adjunta del distrito (1999-2009), y de Moira Mahon y María del Carmen Muñoz, ambas arquitectas y mediadoras comunitarias de la Defensoría desde 2002, a través de de un convenio con el Colegio de Arquitectos bonaerense.
Asimismo, la formación incluyó dos cursos sobre “Herramientas de Comunicación para mediadores” con coaching y programación neurolingüística –técnicas de comunicación PNL- a cargo de la empresa “Coaching 5 Escalones” (docentes: Gastón Testa Lobacz, Cecilia Colombo Roque y Fabián Truset).
Mediación En materia de mediación la misión de la Defensoría del Pueblo, según la propia entidad, es: “Entender en los conflictos entre partes suscitados por habitantes de nuestro Municipio, proponiendo para su resolución mecanismos no adversativos de solución mediante las reglas y procedimientos de la llamada Mediación Comunitaria”.
Entre sus funciones la entidad destaca: “recibir reclamos sobre el tema, asesorar sobre la normativa legal aplicable para cada caso, y sobre las características del proceso de mediación, proponer y llevar a cabo audiencias de mediación entre las partes en conflicto, capacitar a los mediadores comunitarios”.
La Defensoría también lleva el Registro de Mediadores Comunitarios del distrito. El Centro de Mediación Comunitaria funciona en la Defensoría desde el 2002. Allí se busca propiciar el diálogo entre vecinos, para que de manera amigable, confidencial, informal, voluntaria y gratuita, puedan encontrar soluciones a los conflictos que los involucran.
La Defensora del Pueblo de Vicente López, María Celeste Vouilloud, en el encuentro del año último destacó el rol protagónico del voluntariado en mediación, en la cultura de la paz y el consenso que propone la institución para la vecindad de la región. En 2015 la entidad incorporó 43 mediadores voluntarios.
El servicio fue creado por el Defensor del Pueblo, mandato cumplido, Carlos Constenla, vecino de La Lucila, el primer defensor del pueblo que tuvo la comuna –de hecho en la zona norte es la única entidad en su tipo- presidente del Instituto Latinoamericano del Ombudsman, y reconocido promotor de la mediación pacífica en conflictos.
El conflicto, justamente, puede verse como generador de disparidad por el choque de intereses, valores o acciones (hostilidad, discrepancia, diferencia, desacuerdo, oposición); pero también como una oportunidad de cambio positivo; la mediación comunitaria parte de esta última concepción y propone a un tercero neutral: el mediador.
La negociación y las decisiones en un conflicto, lo mismo que la génesis y la llegada a una solución, son responsabilidad de las partes en conflicto, pero un mediador es fundamental para ayudar a las partes a que se comuniquen eficazmente y, en conjunto, lleguen a un resultado aceptable, sin vencedores ni vencidos.
