La Lic. Gabriela Lerman, titular del Centro de la Mujer y Políticas de Género Diana Staubli, explicó la visión actual de la entidad municipal referente en la lucha por la igualdad de género. En una entrevista exclusiva a días de rememorarse el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, describió las acciones que desarrolla el centro y aseguró que la mira de la entidad está puesta en lograr la transformación social que destrone el paradigma patriarcal.
El 8 de marzo se rememorará una vez más el Día Internacional de la Mujer. La lucha es por la vida de las mujeres, y de allí para abajo, las reivindicaciones se multiplican como las astillas de un espejo que da de lleno contra el suelo.
El Centro de la Mujer y Políticas de Género, de Vicente López, es una entidad municipal fundacional y referencial, que lleva el nombre de su mentora, Diana Staubli, una feminista fallecida (2005), reconocida por su lucha en el empoderamiento de las mujeres.
En la actualidad lo dirige, Gabriela Lerman, profesional y especialista en la materia. En esta entrevista pasa revista por la visión actual de la entidad y reafirma el norte: trabajar por la igualdad de género, defender y promocionar los derechos de la mujer.
-El Centro Staubli fue de referencia ¿Cuál es la visión actual de la entidad? -Intentamos estar a la altura de su potencia fundadora, ponerlo a la altura de los tiempos actuales. Siempre funcionó pero estaba, digamos (piensa), desactivado, estancado. Trabajamos articuladamente con Provincia y le dimos esta impronta: el Centro es un lugar para todas las vecinas no solo para víctimas de violencia de género. Trabajamos por la igualdad de género, defender y promocionar los derechos de la mujer en un sentido abarcador. Porque pensamos que es la forma de lograr una transformación social sólida. No entendemos la representación del feminismo como “mujeres contra hombres”; descreemos este mito de que si uno trabaja con la mujer tiene que pelearse con los hombres. Esto no es así. Nosotros, mujeres y hombres, trabajamos para lograr la igualdad de género.
-¿Cómo se materializa esa visión? -Organizamos la tarea del centro en cuatro áreas: Asistencia, que es con la que se inició el centro; Prevención, que tiene que ver con llegar con mensajes a la mayor cantidad de vecinos, generar lenguaje común y darle visibilidad al centro; la tercera es Mujer y Trabajo y el cuarto Comunicación y Difusión, que es el vínculo para llegar al exterior, difundir el teléfono de ayuda 144 las 24 horas, y lo que hacemos. Pensamos en políticas que impacten en toda la población.
-¿Cómo operan las áreas? -En Asistencia trabajan abogadas, psicólogas, trabajadoras sociales, una psicopedagoga, una comunicadora, psicólogos sociales. Todos especializados en género. Hace atención integral de la mujer víctima de violencia. Lo novedoso es un dispositivo de atención inmediata: cualquier mujer que llega puede ser atendida sin turno, en el horario de atención del centro, de 9 a 17 más o menos, en una primera escucha como en una guardia; un profesional especializado evalúa hacer una acción inmediata o dar turno para la entrevista de admisión con el equipo. El dispositivo más fuerte del Centro, que es histórico, son los grupos de tratamiento, de un año y medio, con frecuencia de inició cada cuatro meses. Este año iniciamos la modalidad “de soporte” para mujeres a las que se les hace difícil asistir a los grupos. En abril, además, iniciamos un “grupo abierto” al que pueden venir de manera intermitente y en cualquier momento. Y tenemos asistencia individual, para mujeres no preparadas para grupos, o que requieren derivación, el profesional orienta y de ser necesario deriva. Hay asesoramiento legal y dos cuestiones vinculadas al área de Seguridad: el botón antipánico, importante para prevenir femicidios; y desde 2016 la Unidad de Violencia de Género en la Secretaría de Seguridad, articulada con nosotros hace patrullaje preventivo para mujeres sin medida cautelar (que mantiene alejado al agresor), nos ayuda con los traslados; están especializados en el tema, algo que se ve en la actitud y el trato. También articulamos con educación, salud y otras áreas municipales. Y conseguimos la reglamentación de licencias para empleadas municipales víctimas de violencia de género. En Prevención trabajamos con las escuelas; además, este año una vez por mes un equipo hará en cada barrio una actividad comunitaria de escucha y orientación para mujeres, en los Centros Barriales y de Infancia. La descentralización era un tema pendiente, teníamos organizaciones que decían que el centro parecía encapsulado en Olivos, y surgió este espacio. Hay en El Ceibo, La Loma, Las Flores, La Habana. Y el trabajo más importante es en la Mesa de Prevención Local y de Políticas de Género, que coordina el Centro, tienen representación, entre otros, el Ejecutivo, el Concejo Deliberante, con amplitud, va la presidenta de la Comisión de la Mujer, Niñez y Familia, que es Malena Cholakian, del Frente para la Victoria, por ejemplo; Provincial, el Poder Judicial, y las organizaciones sociales. Su representación es muy fuerte y modificó cualitativamente la posibilidad de articular, su mayor éxito es conocer cómo acceder a todos los recursos. Mujer y Trabajo primero lo pensamos porque hay mujeres que no pueden resolver su situación de convivencia con un hombre violento, pues no tienen salida laboral; y luego, para que una mujer pueda realizarse lo mejor posible. Nuestro programa Emprendedoras las forma, y articulamos con el área específica del municipio en cuanto a lo económico y demás. Son para mujeres en general, no necesariamente víctimas.
-¿Son suficientes los profesionales y el presupuesto para la demanda actual? -Hay 18 profesionales para áreas de asistencia, después están los talleristas. Siempre vamos a quedarnos cortos, como yo digo, pero la cantidad de profesionales es bastante en comparación con otros lugares. A nosotros siempre nos van a parecer pocos y vamos a querer incrementarlos, en estos tiempos que están más visibilizados el Centro y la propuesta, y esto genera más demanda.
-¿El asesoramiento legal incluye llevar las causas, el patrocinio? -Sería fantástico, pero se hace muy difícil. No patrocinamos, pero damos tips de cómo actuar y apoyamos y avalamos las presentaciones de las mujeres en todo sentido. Para tomar las causas tendríamos que hacer toda una reformulación del equipo, me cuesta hasta imaginarlo, pues todas las situaciones están atravesadas por cuestiones legales.
-La municipalidad no tiene casas de abrigo ¿las considera necesarias? -Como otras cosas, en este momento aun son necesarias, a veces es la mejor medida porque eso te resguarda la vida, pero comparto que el que se tiene que ir o el que tendría que estar alejado es el hombre violento. Nosotros les decimos Hogares de Protección Integral, tiene Provincia, trabajamos con ellos en red y siempre pudimos dar protección. En el distrito también hay una casa de este estilo, de la parroquia San Gabriel, y empezamos a armar la trama con ellos también.
-¿Los grupos de tratamiento son socioeconómicamente uniformes o diversos? -Cada grupo es un mundo, no se puede generalizar. Pero se generan tramas muy potentes de solidaridad entre las mujeres. En esta temática lo mejor es no quedarse solo, pensar “solo me pasa a mi” o “soy la única”. Nosotras trabajamos en esa doble vía de la singularidad de cada historia y el poder entender estas cuestiones que nos atraviesan por ser mujeres. El paradigma patriarcal está muy instalado, sigue siendo hegemónico y esto tiene consecuencias en la vida de todas las mujeres, sea o no profesional, con buen pasar, tienen algo en común: no tienen la igualdad, son víctimas de la violencia de género.
