Buscar:
Google
Agregar a Favoritos
Viernes 14 de Febrero de 2025   











Cuentos para todos: de los orígenes a la actualidad 136
10/7/2017 Nacional - Cuentos

 
Los otros géneros típicos de la literatura japonesa: el Joruri y el Kabuki.

El primero consiste en la recitación, acompañada de música, de asuntos guerreros o amorosos, siempre muy elevados; es propio del teatro de títeres en el que la acción y los diálogos interpretados por el recitador se representan por actores encapuchados portadores de títeres. El segundo está basado en la danza, el canto y la recitación. Actualmente es el género japonés más difundido.


Hasta el siglo XIV, el Nō era conocido como Sarugaku, un término proveniente de sangaku que designa las artes que incluyen mímica, malabarismo, acrobacia, lo que hoy podríamos considerar como circenses. Con el tiempo, la pantomima cómica se convirtió en la principal atracción, produciendo el cambio de nombre (sarugaku puede ser entendido como espectáculo de mímica).
Por esa época, las tradiciones campesinas habían dado nacimiento al dengaku, conjunto de rituales destinados a asegurar las cosechas y apaciguar a los malos espíritus, que se realizaban en los períodos de las cosechas de arroz. Junto a las prácticas adivinatorias del budismo, estos rituales tenían el apoyo de señores feudales pertenecientes a grandes templos budistas. Se asegura que ese respaldo llevó a los bailarines a enfatizar la dimensión dramática de su arte.

Fuente
Como fuente dramática para el Nō (y posteriormente para otras formas), se puede mencionar El Cuento de los Heike, un cuento medieval sobre el auge y caída del clan Taira, originalmente cantado por monjes ciegos que se acompañaban con la biwa (instrumento de madera similar a un laúd). Otra fuente mayor es El Cuento de Genji, un trabajo del siglo XI, denominado alguna vez la primera novela del mundo. Los autores también se inspiran en los períodos clásicos japoneses del Heian, y en fuentes chinas.

El estilo teatral Nō fue trasmitido hasta hoy, con textos poéticos, movimientos y cantos estilizados, y con actores que usan espléndidos trajes y delicadas máscaras sobre hermosos escenarios. Se apoyan en un coro y un conjunto de tres tambores y una flauta. Actualmente se sigue interpretando en un cuadrilátero elevado y rodeado por dos lados de público. En uno de sus lados hay un balcón con un coro de cantantes y en el fondo un estrado para los músicos. No hay telón de fondo y los decorados se reducen a cuatro postes con un tejado para representar un palacio, un templo u otro lugar. En Tokyo es posible ver representaciones a lo largo del año, y existen tanto intérpretes profesionales como aficionados que realizan funciones permanentes.
Para los analistas, el Nō es único por su lentitud, su gracia austera y por el uso de máscaras, y representa un verdadero rasgo específico de la cultura japonesa, que consiste en encontrar la belleza en la sutileza y formalidad.
Los historiadores aseguran que el patrocinio del shōgun Yoshimitsu Ashikaga, permitió a hallar una síntesis de mímica, bailes y canciones, que resultó en ese arte elegante y refinado, adaptado a los gustos de un público aristocrático.
Fue el actor Zeami (1363-1443), quien impuso elegancia y sutileza al estilo, y quien además escribió las piezas que constituyeron las fuentes del Nō.

(Continúa)


Link Permanente:  http://www.prensalibre.com.ar/index.php?id=12494
   
  
 
Agregar Comentario:
Nombre:
Email: (opcional)
Comentario:
Cdigo de Seguridad:
Cdigo de Seguridad