El gobierno en retirada parece tener una respuesta clara: represión desaforada. Ante la clara situación de hambre y de falta de trabajo que está viviendo un tercio de la población (de acuerdo a los datos ofrecidos por el propio gobierno), está claro que la respuesta que se ofrece desde un poder en retroceso y con pocas luces, es utilizar un aparato represivo que le cuesta mucho más al paÃs que un aumento para los jubilados y los sectores más necesitados.
La ceguera polÃtica, la ignorancia y, ¿los negocios que terminan? están llevando hacia un abismo al gobierno que parece querer descontrolar la situación, tal vez ¿para justificar medidas especiales?
El veredicto de las urnas fue bastante claro, aunque no definitivo, pero el gobierno parece empeñado en desoÃr las crÃticas, y en lugar de tratar de pasar este tiempo que le queda sin más tropiezos, parece haber elegido el camino del enfrentamiento y del caos, a través de la represión inútil a los reclamos de los más necesitados.
Hay dirigentes que de polÃtica y de gobernar, demuestran no entender demasiado, y provocan en lugar de sortear la situación y esperar a una nueva oportunidad para gobernar. Tal vez la rabia, la bronca y el deseo de venganza (que ya mostró el presidente), está jugando peligrosamente con la situación, que puede desbordarse si el macrismo no apela a la sensatez y a una salida ordenada y sin violencia.
Se espera que la situación no pase a mayores y que todos entiendan de una vez que el neoliberalismo difÃcilmente resuelva los problemas de un paÃs, que necesita concordia, trabajo e inclusión para todos.
No es época en la Argentina para los patrones de estancia y los soberbios, sino para la humildad, la conciencia y el pensamiento puesto en la salud de la población antes que en los negocios privados y el enriquecimiento de unos pocos a costa del resto de la población.
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