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“Estamos preocupados por la inflación”, dispara así, sin vueltas, el entrevistado.
Daniel Ferreyra empieza a hilar su preocupación: “Argentina cambió su moneda unas siete veces, sacándole los ceros al billete nacional y así depreciar nuestra carta de presentación en el mundo. Los "arreglos" con el FMI no son más que la cara de la miseria que muestra el organismo monetario y su falta de sensibilidad ante las carencias de países como el nuestro”.
Para el humanista, Argentina tiene posibilidades reales de salir de esta encrucijada, pero, afirma, “no muchos países (pocos) tienen la inflación de nuestra nación, es hasta vergonzante llegar a las góndolas y pensar dos veces si podemos comprar alimentos, en un país donde se puede alimentar a una gran parte de la población mundial”.
“Y, para colmo de males, no hay un proyecto sostenido desde los partidos más ‘representativos’, para hacer un pacto económico, y parar la espiralización de los precios, que a comparación de los salarios van por el ascensor, mientras que los ingresos de la población van por la escalera”, grafica, mientras piensa, y agrega: “Dicho esto, no se está cumpliendo con las promesas de campaña, sobre la investigación de la deuda; entendemos que la pandemia no fue un impedimento para el trabajo administrativo de los funcionarios especialistas en economía”.
Ferreyra se pone a recordar: “Fallaron anteriormente planes como ‘la tablita’ de Martínez de Hoz, el Plan Austral de Sourrouille, y el Plan Primavera del mismo ministro nombrado; la convertibilidad de Cavallo… y no se produjo una revolución, ni industrial, ni comercial, bajo los gobiernos de Néstor y Cristina. De remate, la deuda de Macri que terminó de poner en jaque y condicionó todo intento de soberanía nacional”.
Y como tratando de dar un cierre, reitera: “Estamos muy preocupados por la situación actual, y no vemos que se muevan los parámetros a favor de los que trabajan; tampoco se implementa ningún beneficio social que arraigue de forma definitiva el consumo interno (como sería la renta básica universal) que en países como Holanda o España llevaron cierto alivio a los sectores más desprotegidos”.
“Por eso insistimos que cualquier ‘negociación’ con el FMI, nos llevará siempre a resignar nuestro futuro: el ser humano, como ser evolutivo, llegó a estos tiempos para hacer de su vida algo interesante, a ocuparse de disfrutar su estadía lo mejor posible, no a ser esclavo de corporaciones ni funcionarios mediocres”, reflexiona.
Y para finalizar, dejando una postura, sentencia: “buscamos una apertura a la justicia social verdadera, a una sociedad más justa y a un cambio de valores, y la clase política no está exenta de esta posibilidad”.
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