En nuestro país, se estima que el 21% del territorio está cubierto por humedales. Algunos de los más importantes son el Delta del Paraná, los Esteros del Iberá, las costas marinas bonaerense y patagónica, los lagos glaciares, las lagunas altoandinas y los Turbales de Tierra del Fuego. Sin embargo, los datos sobre su extensión y estado de conservación son imprecisos ya que no contamos con un marco legal que los proteja.
A pesar de su importancia, los humedales y espacios verdes de las ciudades están en peligro por la avaricia de unos pocos poderosos. La industria agropecuaria e inmobiliaria son las principales destructoras de humedales.
4 formas en que los humedales colaboran con la vida Se los considera uno de los entornos más productivos del mundo por realizar estas 4 funciones centrales para sostener la vida tal cual la conocemos: 1. Por empezar, son fuente y reserva de agua dulce ya que la purifican. De hecho, se los puede pensar como los “riñones del planeta” porque cumplen la misma función de descontaminación que los órganos humanos con la sangre.
2. También se encargan de regular los niveles de agua de las cuencas, protegiéndonos de las inundaciones, y en la costa son una barrera clave que amortigua el impacto de tsunamis y marejadas. Al mismo tiempo, ayudan a mitigar los efectos que provocan las sequías y las fuertes lluvias.
3. Por sus características ideales para la proliferación de la vida, también son cuna de diversidad biológica: 40% de las especies vegetales y animales viven o se reproducen en los humedales.
4. Además son claves en la captura de dióxido de carbono que nos ayuda a enfrentar la crisis climática global. Almacenan el doble de CO2 que todos los bosques que existen.
Ahora que se entiende mejor su rol en el equilibrio natural, es fácil entender por qué los humedales son vitales para la supervivencia humana y por qué manejarlos de manera responsable constituye un reto mundial.
Humedales en estado crítico y la importancia del Día Mundial Cada nuevo estudio que se realiza demuestra que la superficie y la calidad de los humedales siguen disminuyendo en la mayoría de regiones del globo. De hecho, en el último siglo desaparecieron 64% de estos sistemas naturales (35% sólo en los últimos 50 años).
Con cada humedal que se degrada, se degrada nuestro acceso al agua, nuestra seguridad hídrica y alimentaria y, por ende, las condiciones de vida. Sin contar que en ellos reside nuestra capacidad de adaptación al cambio climático.
Es por eso que todos los 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales con el objetivo de crear conciencia respecto al cuidado de estos ecosistemas híbridos (acuáticos y terrestres). La fecha fue escogida en conmemoración de la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional, que se realizó el 2 de febrero de 1971 en Ramsar, Irán.
Meri Castro
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