Los sábados a la mañana cualquier escuela bonaerense parece reposar del típico bullicio que arman los chicos, pero en la escuela Nº 17 del Bajo Boulogne el sonido no cesa, en sus paredes se perciben las melodías que ensayan los chicos que conforman el programa Orquesta Escuela, un programa que hace cinco años comenzó como el trabajo de un grupo de estudiantes del conservatorio Juan José Castro de Martínez y que en la actualidad se viene realizando a nivel provincial, apuntando a que los jóvenes y niños encuentren en la música y sus prácticas una herramienta que les sirva para forjar un futuro más prometedor.

“Si bien la orquesta escuela está dirigida a los sectores más vulnerables se genera un espacio de diversidad donde confluyen diferentes clases sociales cosa que enriquece mucho a todo el grupo, se rompen barreras y cada uno ve al otro de una forma distinta, porque en el momento de hacer música y de tocar son todos iguales, todos responden al director y no hay ninguna diferencia, cada miembro es importante, todos tienen una responsabilidad con el otro muy fuerte, todos deben tocar a tiempo, escucharse, tener una base de respeto, disciplina y orden sin los cuales no funcionaría la orquesta. Vivir eso para alguien de 10 años es muy fuerte por que le va a dar un perfil, una óptica social distinta” comenta Pablo Claria, coordinador pedagógico del proyecto.

La disciplina de la orquesta escapa a sus propios límites y se traslada a los pasillos donde todos se conocen y se tratan con respeto. Marta Sfriso Directora a cargo del programa y Presidenta de la Fundación para el desarrollo de las artes musicales explica que la fundación creada este año se debió al interés por promover la orquesta más allá del ámbito institucional y hacer de este modo que se abran otras posibilidades a los integrantes de la orquesta. “Algo que tenemos muy claro es no parar, cuando llega un integrante nuevo nosotros no decimos jamás hasta acá llega o más no puede dar, por el contrario, para mí ya esta entrando a la orquesta de Berlín y lo que buscamos es impulsar eso”

El 15 de noviembre Leila Diasperide 18 años que toca el violín y asiste a la escuela desde hace 4 años estará viajando a Francia junto aestudiantes de Florencio Varela, Beriso y Chascomús que también participan del programa en sus localidades: “no me pone nerviosa el viaje que es una gran oportunidad, sí las canciones que debemos tocar, los chicos que van son muy buenos y esta es una gran oportunidad por que yo quiero llegar a ser concertista”. Las posibilidades que abre un viaje no solo se proyectan a futuro sino que además ayudan a percibir los frutos de la perseverancia en el presente.

Diego Moreno de 16 años estudiante de fagot comenta al respecto: “El año pasado tuvimos un encuentro en Villa Gesel, este añoen Chascomus, yo nunca había viajado y estar allí esuna cosa de locos por que hay gente de todo el país con la que hablamos el mismo idioma les decía fagot y entendían que era, compartíamos las mismas experiencias”

La mañana avanza y comienzan a circular las tazas de mate cocido acompañadas por unas facturas que amablemente dona la panadería Piruchitas de Munro; en esa pausa, los profesores van compartiendo sus experiencias y visiones.Lucas Vedia, profesor de Oboe, dice: “Yo soy fruto de un proyecto similar, en Mendoza pude acercarme a la música a través de un centro cultural y es hasta el día de hoy que sigo haciendo música, si no hubiese existido ese centro cultural yo no estaría acá, porque el conservatorio estaba lejos de mi casa”. Porotro lado Giselle Sfriso, profesora de violín, explica el modo en que las prácticas y el aprendizaje musical se traslada más allá de la orquesta: “Teníamos varios casos de chicos que habían dejado los estudios en el colegio, otros a los que les iba mal y que ahora volvieron a estudiar por que quieren dedicarse a la música y para ello deben terminar el secundario. La música les da las pautas: la disciplina, la memoria, el ensayo constante, la lecturaque emplean para tocar un instrumento las pueden trasladar sin ninguna dificultad al ámbito académico”. Gregorio Palacios, profesor de clarinete, cuenta: “Acá tenemos la posibilidad de mostrarle a los chicos que existen otras realidades distintas a la que por ahí ellos viven, y además, con esto también les mostramos que hay un camino que les puede gustar y del cual a futuro tal vez puedan vivir; la integración de grupo que se emplea es algo que queda para toda la vida”

Integración, disciplina, romper las diferencias parecen situaciones imposibles de conseguir a nivel social y al mismo tiempo están al alcance de cualquier mirada que se pose sobre la orquesta escuela. “Solemos pensar basados en prejuicios cuando en realidad hay gente que tiene necesidades y cuando les brindás algo lo aprovechan, hay que estar abierto a ver como son las cosas, los prejuicios dicen que acá te vas a encontrar con chicos difíciles, violentos, y no es así, en todo caso chicos difíciles los hay en todas las escuelas”, explica Alicia Vázquez, profesora de Flauta que cada sábado asiste a dar clases acompañada por su pequeña hija Lara que se integra como un miembro más del grupo en las clases de violín.

En el patio llama la atención que grandes y chicos compartan un picadito de fútbol sin ningún tipo de conflicto. Con el trasfondo de la postal del deporte sin agresiones, Gerardo Scaglione, profesor de contrabajo y músico en la orquesta sinfónica nacional que participa en el programa desde que se inició dice: “Los chicos en estos años han cambiado mucho, al principio no se veía esto en el patio, era difícil, habían peleas, insultos, siempre un clima de confrontación, lo que se percibe ahora es producto de redondear otros conceptos que se consiguen mediante la música, ojo, la situación de muchos de nuestros chicos por el entorno social es compleja y estamos buscando conseguir que se nos otorgue un gabinete psicopedagógico que vaya de la mano con esto que hacemos, hay una situación real que va más allá de los prejuicios pero vale la pena, todos los chicos están acá por libre albedrio nadie los obliga a estar acá, se pueden ir cuando quieran, pero vienen porque acá se sienten a gusto y todos los que nos dedicamos a esto nos sentimos gratificados al ver que uno es partícipe de un cambio, si cambia el futuro de un chico, cambia el futuro de la sociedad misma”.

Llega el medio día, todos los miembros de la Orquesta escuela se juntan en el patio para hacer una foto, al terminar, un nene de no más de siete años pide ver como quedó y pregunta para dónde es, cuando se le explica que es para el semanario Prensa Libre exclama de un modo inocente y efusivo: “ Vamos a salir en el diario, vamos a ser famosos”, sin saber que no necesita fama, que él hace lo que muchos solo dejan en palabras, sin darse cuenta de que él está logrando con su presencia esfuerzo y constancia mejorar esta sociedad.

Quienes deseen colaborar con la fundación que en este momento, de entre sus diversas necesidades, necesita reunir más instrumentos, puede hacerlo por medio de la Caja de ahorro del Banco Provincia Nº 500530/2.