Olivos es la localidad más antigua de Vicente López, y lleva el nombre que, para algunos, debería tener el partido. La ocurrencia de un diputado de ponerle el nombre de su pariente, aunque éste ni siquiera haya vivido o hecho algo por el municipio, suena, por lo menos, disparatada. Pero claro, por lo menos el nombre "no avergüenza a nadie", dicen otros. Y "¿quién puedecriticar al autor de nuestro himno?"

Los barrios de Olivos todavía se identifican por su estilo, por las antiguas casonas y por sus calles internas, caracterizadas por su empedrado colonial. Pasaron 145 años de su fundación, la localidad conserva todavía algunos lugares representativos: como el casco histórico, las estaciones de trenes, su plaza, el puerto, el teatro York y unacosta del Río de la Plata a punto de ser transformada.

El viejo edificio municipal en el casco histórico, fue inaugurado en 1936. Antes de instalarse en la esquina de Av. Maipú y Ricardo Gutiérrez, eledificio de la comuna pasó por cuatro lugares: primero donde estuviera el desaparecido restorán “La Tábola”, después funcionóen lo que hoy es el Colegio Jesús en el Huerto y luego en el viejo edificio de Segba, donde hoy está el Concejo Deliberante,

Detrás de la Municipalidad, tuvo su quinta Scalabrini Ortíz, sobre Alberdi, cerca de la Escuela Municipal José Hernández, dedicada a lasdanzas y a la música. El hoy colegio Paula Albarracín, empezó como una escuela de cerámica y luego se convirtió en un edificio moderno de educación general.     

Por la calle Ricardo Gutiérrez, en dirección al río, se llega a laIglesia Jesús en el Huerto de los Olivos que, si bien no fue el primer sitio de oración del partido, sí lo fue del casco de Olivos. La piedra fundamental se colocó en 1895.

En la Plaza Vicente López y Planes, frente a la Iglesia, los vecinos disfrutan deun pintoresco centro de recreación, elegido por los artesanos para exponer su arte cada fin de semana. La Plaza fue construida a partir de la donación de tierras que hiciera Hernán Wineberg entre 1872 y 1874, que en un principio no comprendía la totalidad de la manzana. En los años posteriores la Municipalidad se encargó de comprar el espacio restante. Cuando Wineberg donó estos lotes, se realizó el famoso plano de las calles que rodean la plaza con los nombres de las 14 provincias que hasta ese momento tenía el país. Algunos nombres aún se conservan.

En la plaza hay un monumento enrejado de Vicente López y Planes, el busto del doctor Negrette, quien fue una insignia de la medicina y además un vecino que tuvo participación en la fundación del Hospital Municipal Bernardo Houssay. También hayuna calesita creada en la década del ´70. Pero además, se encuentra un monumento a los caídos en la Guerra de las Islas Malvinas y otro a la Policía Federal. Incluso tiene un Olivo, que fue traído por el embajador de Israel desde el Monte de los Olivos.  

La Casa de la Cultura Municipal es un punto de referencia, también frente a la plaza. Fue comprado por la comuna en 1981 y concentra gran parte de las actividades culturales que se realizan en Vicente López, con talleres gratuitos permanentes y salones de exposición para los artistas locales.

La Estación Borges, ocupaun bonito lugar e integra el atractivo recorrido del Tren de la Costa. Su nombre se debe al militar Francisco Borges, unantecesor del escritor Jorge Luis Borges. Dicen que el nombre es por su participación en la batalla “La Verde”, donde también estuvo Bartolomé Mitre.  

Frente a la estación, la Placita González del Solar tiene un monumento del poeta vicentelopino Félix Amador y el busto de Minguito –Juan Carlos Altavista-, otro vecino de la ciudad. Pegado a la vías, el Centro Cultural York, que fue remodelado y activado y que en homenaje al artista Altavista, tiene una sala que lleva su nombre.   

Otro de los puntos turísticos de Olivos es el Puerto, que fue un proyecto de Matías Sturiza, sobre un puerto natural ya existente. Antes fue Puerto de Frutos, también lo fue de materiales explosivos –para Campo de Mayo- y hasta hace poco fue arenero. En la zona, se encuentra un busto abandonado de Luis Piedrabuena, gran navegante del sur de los patagones, y un busto a Martín Thompsom, marido de Mariquita Sánchez.

Olivos antiguamente se lucía con sus playas elegidas por los vecinos para pasar los fines de semana. Hoy, lejos de la actividad portuaria, la gente prefiere deslumbrarse con la tranquilidad de sus calles arboladas, poco a poco invadidas por edificios de altura.