En esta entrevista, el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, da su visión de cómo recordar el inicio de la última dictadura cívico-militar el 24 de marzo de 1976. Explica que es inconveniente que un presidente de los EEUU esté en la Argentina el día que se cumplen 40 años de la fatídica fecha, en tanto ese país apoyó los golpes de Estado, capacitó y coordinó a los militares latinoamericanos en el secuestro, tortura y asesinato de opositores políticos, a través de la doctrina de la seguridad nacional y el Plan Cóndor.
Adolfo Pérez Esquivel recibió el Premio Nobel de la Paz en 1980 por su defensa de la democracia y los derechos humanos por medios no-violentos, frente a las dictaduras en Latinoamérica. Vecino de San Isidro, es un sobreviviente de la dictadura cívico-militar que sufrió la Argentina desde el 24 de marzo de 1976, hace cuarenta años.
En la actualidad lidera el SERPAJ, organización que lucha por la paz, la no violencia y los derechos humanos en Latinoamérica; con la cual confluyen el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), la Asamblea Permanente (APDH); la Liga Argentina por los Derechos del Hombre; HIJOS y la Asociación Americana de Juristas, entre otros
En esta entrevista, Pérez Esquivel revela que el gobierno de Mauricio Macri, como otros, manipula políticamente los derechos humanos, y advierte que la presencia del presidente de los EEUU, Barack Obama, el 24 de marzo, será motivo de conflictos entre los argentinos. (En estos días le enviará una carta al presidente norteamericano).
También revela que, aunque es un planteo que se hacen varias organizaciones, no será posible una marcha unificada de organismos de derechos humanos, partidos políticos y organizaciones sociales, para el 24, por la diversidad de posiciones políticas y consignas que actualmente persigue cada cual.
-Usted es un sobreviviente de la última dictadura, de los vuelos de la muerte, ¿Puede decir cómo pensar en la actualidad el 24 de marzo? -No hay que ver la situación argentina aisladamente. Las dictaduras se implantaron en toda América Latina a través de la doctrina de la “seguridad nacional”, impuesta por los EE.UU. en todo el continente. Por las escuelas de Panamá y las academias militares de los EE.UU. pasaron 80.000 militares latinoamericanos. Hay muchos antecedentes en todo el continente, pero señalemos el golpe de Estado en Chile, organizado por la CIA y por (el ex secretario de estado norteamericano) Henry Kissinger, para derrocar a Salvador Allende y matarlo; el golpe en Brasil. El apoyo a todas las dictaduras. Esto hay que tenerlo muy en cuenta. Pasaron 40 años de un golpe que dejó heridas muy profundas en la sociedad, muertes, desaparecidos, torturados. Para el pueblo son años de luchas, reivindicaciones, memoria colectiva. Muchas generaciones de jóvenes no vivieron eso, pero tenemos que transmitirles la memoria, para que sepan lo que ocurrió, no para amargarlos sino para que no ocurra nunca más.
-No se puede pensar en democracias sin respeto irrestricto de los derechos humanos… -Democracia y derechos humanos son valores indivisibles. No se pueden manipular políticamente los derechos humanos, el kirchnerismo lo hizo. Ahora Macri sin consultar invita a Obama para esta fecha. Esto es una provocación, porque ningún organismo fue consultado. ¿Obama viene en carácter de qué? EE.UU. ayudó (a las dictaduras) salvo cuando (el ex presidente de EE.UU.) Jimmy Carter y Patricia Derian, la secretaria de Estado, trataron de denunciarlas. El, como presidente de un país que provocó la muerte y la destrucción de un pueblo, es uno de los responsables. Está haciendo un buen trabajo en Cuba, quiso cambiar cosas y no pudo, por ejemplo el bloqueo. Está en su último año, que venga y lo quieran utilizar para que este gobierno saque rédito no va. Habría que decirle: “Mirá, el 24 de marzo pasa esto; vení el 25, pero el 24 no lo toques”. Nosotros decimos: si Obama prorroga un día su llegada, entonces la cosa va a estar más distendida.
-¿Es otro intento de manipulación política o un error del gobierno macrista? -Aquí no hay error. Esta es una estrategia política claramente determinada. Macri nunca había ido a la ESMA, tuvo que ir porque era una vergüenza que vaya Obama y él nunca haya entrado. Mañana (la entrevista a APE fue el lunes último) va a recibir a algunos organismos: Abuelas, Familiares, alguna Madre de Línea Fundadora, no todas las Madres. Macri se quiere respaldar en ese grupo para justificar lo que él quiere hacer, pero ignora a todo el resto. Sin ningún tipo de consulta Macri invita a Obama a la ESMA el 24, que es el día de la expresión del pueblo; van a meter un control de seguridad bestial. Esto va a generar una situación de conflicto con las marchas y movilizaciones en todo el país, hay grupos que van a ir al choque. Entonces, en lugar de una marcha del pueblo va a ser un conflicto…
-¿Es viable una marcha unificada de organismos, partidos políticos y organizaciones sociales? -Nosotros planteamos una marcha unificada, pero no va a poder ser. Primero, porque los kirchneristas, Madres, Abuelas, van a hacer una marcha kirchnerista y nosotros allí no vamos a estar. Incluso están diciendo de invitar Cristina Kirchner para que la encabece. Después está Memoria Verdad y Justicia, que son grupos más radicalizados, con una interesante posición, pero en este momento tienen sus propias banderas. Después estamos nosotros que tratamos de generar un espacio de participación, no de confrontación, con una lectura de los derechos humanos no solo de ayer, sino los que se vulneran actualmente: megaminería, agrotóxicos, marginalidad, pobreza, adicciones, violencia contra los niños; reactivamos la Marcha de los Chicos del Pueblo. Alguien le preguntó a un chico que vive en la calle cuál es su seguridad. ¿Qué le da la sociedad? No solo perseguimos memoria, verdad y justicia, reparación del daño hecho, sino no a la deuda externa, que ahora la van a pagar con el hambre del pueblo; los índices de desocupación se disparan. La seguridad no son más policías sino la seguridad social. El nuevo protocolo; las marchas tienen que ser reguladas, no reprimidas. Si a esto se agrega Obama, tenemos un cuadro conflictivo, terminaremos a las patadas. ¿Vale la pena provocar esto?
