El tenis tiene reglas y objetivos concretos en espacios determinados, y nos habla de una preparación especial, con una paz mental y un cuerpo dúctil y relajado. Dijimos PAZ MENTAL, pero ¿qué es la Paz? Paz, una palabra tan simple, pero en realidad tan compleja. La Paz es mucho más que la ausencia de la guerra. Descubrir la Paz es encontrar otros valores que están más allá de las reglamentaciones escritas. Es un descubrimiento inequÃvoco y trascendente donde el dolor se transforma en estÃmulo y el miedo en valor y generosidad.
Se ha dicho que el Ser Humano, tiene una naturaleza agresiva, sin embargo, ha sido obligado a forzar dicha naturaleza para poder subsistir y terminar mostrando su lado más oscuro, como el miedo y la violencia. Por eso, la Paz es una utopÃa que no se termina de encontrar. Es un objetivo que juega engañosamente con la ilusión de todos, pero especialmente de aquellos que sufren el dolor y el desamparo.
Históricamente la humanidad ha sido cruelmente manipulada por la fuerza y el miedo, y ha creado ingeniosas estructuras que prometen un futuro de seguridad y felicidad. El sufrimiento y el sentido de la vida se ha reducido a un valor económico. La civilización del planeta Tierra, ha abusado de sus hermanos y los ha explotado hasta la miseria, en un alocado afán de lucro y gloria, sustentado en la avaricia, hasta dejar al mundo al borde de una crisis terminal, donde una pequeña proporción de la población es la dueña de casi la totalidad de la riqueza planetaria.
Hambre y desocupación, agravado con el dolor de la muerte y el desamparo bajo la acción de las armas más sofisticadas, cuyo presupuesto solucionarÃa ampliamente la vida de toda la población con vivienda, salud, educación, alimentos, etc. Sin embargo, afirman que el problema es que el planeta está superpoblado y se debe eliminar gran parte de la población. Las guerras son la legalización del crimen. Las mayorÃas pierden y la demostración de cómo se engaña con las más aberrantes injusticias como cuando son llevadas a cabo en nombre de Dios y la Patria.
De esta realidad partimos para comenzar a concientizarnos de lo que significa, crecimiento humano, que no es un mayor desarrollo tecnológico ni una conciencia individualista que solo ve lo que la oportunidad le permite. No podemos engañarnos de que vamos a tener paz, cuando la mayorÃa sufre desde la indiferencia y el desamparo a la falta injusta de alimentos, de conocimientos, de amor. En definitiva hemos aprendido a ignorar el dolor ajeno, o lo que es peor juzgamos a los que para sobrevivir han creado otros valores, y en consecuencia actúan muy diferente de las costumbres de los que creen vivir civilizadamente.
Nos han educado bajo el temor a Dios, a la autoridad, al padre, a los poderosos, etc., so pena de un doloroso castigo. ¿Dónde quedó el amor? Y además a protegernos con armas y sistemas de seguridad de los rebeldes insatisfechos que no entraron en el sistema y se llaman delincuentes.
Mientras no admitamos la gravedad del crÃtico momento que vivimos, va a ser muy difÃcil crear la Paz. No hemos respetado el legado divino de la vida que nos fue ofrecido generosamente. Debemos volver a descubrir a nuestro bendito mundo y disculparnos de haber abusado de toda su vitalidad y esencia.
El Tenis por la Paz nos brinda la posibilidad de comenzar por uno mismo. Quizás se nos ofrece una nueva oportunidad y un nuevo mundo nos espera. El sentido de la Paz es un estado activo, que genera equilibrio y armonÃa en permanente creación y ofrece disponer de todo el potencial del cuerpo y la mente. Comprender estos valores generan cambios de paradigmas que orientan a vivir en plenitud y respeto de todos los recursos en disponibilidad. ¿Y qué tiene que ver con todo esto el Tenis por la Paz? Porque en verdad necesitamos transitar una disciplina conocida para evaluar y descubrir la esencia de nuestra naturaleza. Porque cuando se plantea el desafÃo de asumir una habilidad nos invaden todas las dudas y las tensiones, que expresan todos los miedos y las inseguridades. Porque el deporte es la demostración de cómo el coraje supera las debilidades y a veces lo hace de cualquier forma y a cualquier costo. Porque el cuerpo en unidad con la mente es el elemento sublime que se adapta rápidamente a la idea creativa del juego.
Descubrimos que aprendemos lo que ya sabÃamos. Descubrimos el equilibrio del cuerpo que se articula en orden y armonÃa. Descubrimos el ritmo en la respiración relajada y profunda. Descubrimos la EnergÃa Divina inspirada en el Amor Universal, que todo lo puede. Descubrimos que podemos construir una Conciencia más amplia y creativa, lo que nos hace crecer en una nueva dimensión Humana Pensar en el tenis por la Paz es buscar en el silencio de la introspección la EnergÃa de la Naturaleza que nos levanta y nos ilumina con una fuerza colosal, arrolladora que sólo debemos conducir para crear la filigrana perfecta que originan las habilidades que brotan del juego. La clave es el juego, debemos aprender a jugar libremente. Es para nosotros una importante necesidad porque Jugar es el arte de Recrear alegremente lo que necesitamos expresar para descubrir lo que debemos saber.
El juego rescata las emociones, no debe haber ni miedos ni expectativas, y su desarrollo se produce en un instante eterno. Es una forma de entrega infinita que pareciera llevarnos a otra dimensión, que agiganta el tiempo y agranda las figuras y que rompe con las limitaciones cotidianas. Descubrimos que somos parte de un Cosmos que nos muestra lo maravillosamente pequeños de nuestra aparente realidad pero inmensamente importantes porque somos el Cosmos mismo Nuestra respiración es la respiración del Universo que nos rodea.
Nunca sabemos si nuestra creación es la ejecución de lo ya creado, pero en ese instante todo es perfecto y no existe la razón que lo analice solo se siente y se disfruta. El Tenis por la Paz es la oportunidad concreta de encontrar un camino donde la alternativa para su desarrollo, plantea permanentemente un análisis. Cada paso es una elección o la furia y la fuerza del descontrol o la armonÃa y la fluidez de los gestos. La Paz se reformula y cuestiona permanentemente como forma y como idea y se contrapone a las presiones y exigencias cotidianas y lo vemos especialmente en la analogÃa en se representa a la competencia deportiva. Si queremos crecer debemos aprender a ser honestos con nosotros mismos. Basta de engañarnos. Veamos el mundo tal cual es y como actuamos en consecuencia. En el tenis por la Paz la competencia se transforma en un espacio que se construye en el más alto nivel de creación, de habilidad, de velocidad, de oportunidad, de potencia y de todos los componentes que hacen a ese momento único especialmente a los rivales, hermanados en el encuentro que sienten vivir la trascendencia de ese momento que los va a unir para siempre. La competencia es un desafÃo que convoca a los rivales a una entrega leal y digna. Aprendemos a permeabilizar las emociones en cada paso, en cada esfuerzo, en cada frustración. Cada nuevo aprendizaje que nos sorprende, lo compartimos y lo incorporamos.
Podemos construir un nuevo Nosotros. El otro ya no es un ser distante. Es un rival que invitamos a vivir intensamente, a superar nuestros propios lÃmites, desde la esencia más profunda, para construir una nueva conciencia.
Para lograr estos niveles se debe tener una preparación especial que limpia al cuerpo de dudas y debilidades y la mente se prepara para acceder a otra dimensión. Se respetan cuidadosamente los reglamentos y los rituales y se exaltan los valores que son los que se encuadran con jerarquÃa en el momento crÃtico de la competencia. Por eso es también una invitación a la Paz por que pese a la intensidad del esfuerzo se construye uniendo en un instante de profunda Paz. La formación de un tenis por la Paz exige una buena preparación. Se elige el imperativo del rigor que surge de una clara decisión. O con angustia y sufrimiento por la exigencia bajo el temor del castigo por el posible fracaso o se hace respetando las condiciones naturales que cada uno tiene para desarrollar mediante el juego, la libertad y el placer de avanzar, buscando lÃmites cada vez más distantes.
El Tenis por la Paz gana sin destruir, no produce perdedores No deben surgir ni odios ni resentimientos. Todos tendremos oportunidades de crecimiento. La mente se aquieta y los sentidos se despiertan. Aprenderemos a disolver nuestras absurdas corazas y podremos ser libres, sin culpas y con otras responsabilidades. ¿Es posible esto? El juego es un ensayo creativo con que nosotros construimos nuestro perfil con el que nos vamos a mostrar en el futuro. El juego estimula los potenciales latentes y nos motiva a avanzar, a transformarnos en seres más completos sin el temor al fracaso porque el juego tiene como valor equivocarse con alegrÃa para volver a intentarlo buscando una forma propia.
La Paz es un compromiso de Amor Infinito. La competencia es una mezcla explosiva de distintas emociones, que surge espontánea de nuestra naturaleza más profunda. Nos revela quienes somos verdaderamente. Podemos conocernos y evaluarnos en profundidad. Pero aprendemos a comprendernos, a perdonarnos y hasta reconciliarnos para ser mejores con nosotros mismos y con los demás.
El buen humor, es el argumento infalible para superar complejas adversidades. El miedo fue la herramienta tradicional con que los poderosos manejaban a la gente. Pero también genera violencia y descontrol como respuesta natural a la presión continua y se establece un equilibrio asfixiante que se controla con la fuerza. Esa aparente calma no es la Paz. La Paz es la experiencia que el espÃritu quiere lograr como el triunfo libre de la verdad.
Estas cordialmente invitado a construir el Tenis por la Paz.
Carlos Pereyra Pinto pereyrapinto@hotmail.com
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