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Una Casa de Abrigo para víctimas de violencia de género
La Colectiva Feminista Mala Junta, conformada por vecinas del distrito, de organizaciones vecinales locales y del partido Patria Grande, concluyó una campaña de firmas para solicitar la apertura de una Casa de Abrigo, para alojamiento temporario y contención de mujeres víctimas de violencia de género, en el municipio. Juntaron adherentes en el Paseo de la Costa y organizaron una radio abierta y un taller de concientización con varones y mujeres en la Casa Popular Rodolfo Walsh, de Munro.
“Muchas mujeres se acercaban a pedir ayuda o asesoramiento porque eran víctimas de violencia”. Así nació la campaña para pedir una casa de abrigo para mujeres víctimas de violencia de género en Vicente López, por parte de la Colectiva Feminista Maja Junta, relató, Erica Porris, una de las referentes del espacio
La Colectiva Mala Junta está conformada por vecinas del distrito, de organizaciones vecinales locales y del partido Patria Grande. El pedido de la casa se hizo a través de la recolección de firmas entre la vecindad –un conteo parcial informaba más de 1.200- en el Paseo de la Costa, y la campaña terminó con una capacitación de varones y mujeres.
Las mujeres también pusieron al aire una radio abierta en la Plaza Güemes, de Munro. Sobre la motivación de la campaña de la Casa de Abrigo, Porris aclaró: “Sabemos que la Casa es una solución parcial. Lo ideal es que el violento se vaya de la casa y que haya políticas públicas de asistencia integral cuando la víctima decide denunciar”.
Luego explicó que la ley nacional sobre violencia de género dispone que los recursos para las casas de abrigo provengan de las tres jurisdicciones, nacional, provincial y municipal, pero lo cierto es que a nivel nacional el Consejo de la Mujer no lo tiene, y a nivel municipal no todos los distritos previeron en sus presupuestos recursos para tenerlos.
Un caso es Vicente López, que si bien tiene un centro municipal con tradición, el Diana Staubli –que supo ser de referencia justamente cuando lo dirigía esta feminista que llegó a la Secretaría de la Mujer junto con la apertura democrática en 1983-; Staubli falleció en 2005 y de aquellos años iniciáticos del centro quedó solo la fama.
Justamente, Porris reveló que actualmente las mujeres que concurren con problemas al centro Staubli, “deben esperar semanas para recibir un turno. Además, antes entregaban una ayuda económica a las mujeres que tenían que abandonar su hogar, pero hoy ese subsidio ha dejado de existir".
“Las mujeres, por el hecho de serlo, somos violentadas de distintas formas, psicológicamente, sexualmente y hasta simbólicamente; a la televisión nadie la sanciona cuando estigmatiza a la mujer todo el tiempo, y nos pone en el lugar de mercancías que podemos ser compradas o vendidas” denunció Porris.
Taller
La campaña, bajo la consigna “Vivas nos queremos. Tenemos derecho a una vida sin violencias”, concluyó con un taller participativo que compartieron varones y mujeres, en su mayoría jóvenes, en la Casa Popular Rodolfo Walsh (en rememoración el periodista desaparecido autor de Operación Masacre).
Allí hubo oportunidad se voltear mitos infundados que suelen escucharse como “las luchas feministas son cosas de mujeres” o “no depilarte te hace menos femenina” o el menos cuestionado “está bien que una mujer gane menos por su trabajo…” donde a continuación se agregan otros mitos como “se enferma más” “se cansa más” y así.
Luego se individualizaron y se debatió acerca de violencias, en diferentes ámbitos y modos, que sufre la mujer, como las de índole psicológica, simbólica, laboral, económica, doméstica, mediática, y cada participante fue pegando una cartulinas con la palabra que definía el tipo de violencia en una pared acondicionada para tal fin.
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