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El feroz ajuste y la profunda crisis económica que está asolando nuestro país, llegó a nuestro cine. Hay que destacar que ya el golpe pega fuerte en la cantidad de espectadores que empieza a mermar dramáticamente. En junio concurrieron 3 millones de espectadores menos a nuestros cines, aunque algo se puede haber recuperado en las vacaciones de invierno.
Como ya mencionamos anteriormente se viene acentuando la virtual paralización de la producción y el mazazo final se comenzó a desplegar con una deleznable operación en la que se involucraron varios medios que denunciaron al INCAA como una” bolsa de corrupción” y a su director Alejandro Cacetta como jefe de la “banda corruptora”. Se trata de un carpetazo de los ampliamente conocidos que, en este caso sorprendió a todos porque se atacaba a un funcionario que había sido nombrado por el macrismo, propuesto por un acérrimo paladín del gobierno, el director Juan José Campanella y que contaba con el consenso fundamentalmente de los grandes productores y de la mayoría de los directores y técnicos.
Cacetta es un hombre con muchos años en la industria y en el poco tiempo que estuvo al frente del INCAA se ve que no hizo lo que le mandaron hacer: limpiar de “corruptos kirchneristas” al Instituto y avanzar centralmente en la eliminación del 25% de los aportes de las grandes empresas para el Fondo de Fomento. Quedó al frente del Instituto el subdirector, un hombre del ministro Avelluto, Ralph Haiek, que es argentino y también macrista.
Hay que decir asimismo que el Instituto, por Ley, cuenta con un Consejo Asesor integrado por once miembros, cinco propuestos por la Asamblea Federal y el resto por la industria, que rápidamente se pronunció en defensa del pleno cumplimiento de la Ley de Fomento y especialmente en la forma de financiamiento allí establecida. Rápido para los mandados, Haiek descabezó a la cúpula administrativa y centralmente nombró a un hombre largamente vinculado al grupo Clarín, César Nicolás Yocca en la Gerencia de Administración. Con este nombramiento salió a relucir la pata de la sota: el amigo Magnetto está detrás de cualquier negocio importante y más teniendo en cuenta que muchos de los aportes del Fondo vienen de bolsillos vinculados con Artear y el Canal 13, que de casualidad son de su propiedad.
“Avelluto, Avelluto, no te lo decimos más, si tocás la Ley del Cine, que quilombo se va a armar”. Con ese y otros cantos se comenzó a desplegar toda, absolutamente toda, la comunidad que gira alrededor de nuestro cine. Declaraciones de grandes actores, directores, asambleas varias y multitudinarias, solicitadas y especialmente una enorme Asamblea que se formó frente al cine Gaumont el día del comienzo del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. Múltiples oradores, estudiantes, docentes, técnicos, realizadores y actores hicieron conocer su indignación ante la situación, que había sumado a esa altura la presión ejercida para provocar la renuncia de Pablo Rovito de su cargo de director de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC). Rovito es un hombre muy reconocido y querido por casi todos, pero parece que es “kirchnerista” y también algo “corrupto” y por eso había que echarlo. De esa masiva Asamblea salieron varias resoluciones, especialmente no tocar el Fondo y su financiamiento, y también tener acceso al borrador de un nuevo engendro que se está armando subrepticiamente, llamado Proyecto de Ley de Convergencia, al que nadie tiene acceso y que para peor está bajo la dirección de un verdadero ignorante, entre otras cosas, Oscar Aguad, que funge como Ministro de Telecomunicaciones.
Ante tamaño alboroto el mencionado Ministro de Cultura Avelluto y el nombrado Haiek accedieron gratamente a reunirse con representantes de la industria cinematográfica para intentar aplacar la intensidad del conflicto provocado y allí parece que se garantizó la continuidad del fomento al cine y que “no existe ninguna iniciativa en el gobierno destinada a modificar, reducir o eliminar los fondos de fomento” , según un documento firmado por el Ministro. Como esto no es demasiado creíble, ni siquiera para Campanella, en la misma reunión los representantes de las entidades hicieron saber su disconformidad con la forma en que fue expulsado Cacetta y los ataques a Rovito que se fue, entre paréntesis, aplaudido por todos los estudiantes de la ENERC, y pusieron énfasis en todos los temas que generaron inquietud y centralmente en la amenaza de la eliminación de los fondos que provienen de la recaudación que se genera por los impuestos a las teledifusoras por la torta publicitaria que maneja el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM).
En una declaración de los productores se dijo: “estamos trabajando y seguimos movilizados por la forma bochornosa en que sacaron a los funcionarios y sentimos temor por lo que va a pasar y tenemos muchas dudas por la fragilidad de los sistemas institucionales argentinos” .
Otra barrabasada que ocurrió en estos días fue el cambio del Director Artístico del Festival de Mar del Plata, Fernando Peña, reemplazado por el norteamericano, sí, como lo han oído, Peter Scarlet, un especialista globalizado cuyo último conchavo fue en Dubai. Ningún miembro de la comunidad cinematográfica está satisfecho, todos se encuentra en alerta y movilización y concuerdan plenamente con el mensaje enviado por el gran actor Viggo Mortensen que expresa: “El cine argentino se autofinancia y es una fuente de orgullo para todos los argentinos. Macri, Avelluto y todos los fanfarrones neoliberales, DEJENSE DE JODER. NO A LA DESTRUCCION DEL CINE” .
Alberto Poggi
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