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En un encuentro realizado el 10 de abril en la filial 149 de Olivos del banco Credicoop, se realizó una charla sobre cooperativismo, en la que disertó Daniel Aveni, responsable de educación zonal. El tema era “Cooperativismo y coyuntura económica”, y entre los presentes estaba el gerente de la sucursal, Juan Ronco y el gerente zonal, Guillermo Cayian.
El disertante explicó que una cooperativa es “nada más ni nada menos que una asociación de personas para cumplir una necesidad o un objetivo, que deciden relacionarse de una manera”. Por supuesto, que el objetivo no es individual sino colectivo, un rasgo que la define, así, nacen y crecen a partir de principios cooperativos.
“¿Quién puede entrar en una cooperativa?”, se preguntó, por supuesto que todos explicó, y cada uno tiene un voto, como segunda condición. Las cosas se deciden por Asamblea, las cuotas deben ser accesibles, todos los socios son iguales, la entidad debe tener independencia y autonomía, la información debe ser pública, así como los balances; debe haber educación permanente para los asociados, trabajar con otras cooperativas y existir un compromiso permanente con la comunidad.
A partir de estos puntos permanentes, Aveni relató la historia del cooperativismo, que arranca en 1844 con la primera cooperativa de consumo en Inglaterra, la primera, agrícola en Argentina en 1900. Y posteriormente se pueden señalar las de servicio, las financieras y las cajas de crédito que brindan apoyo crediticio.
Por supuesto que los gobiernos militares y totalitarios trabajaron en su contra: con Onganía se cierra casi el 60 por ciento; luego, en el ’76 con Martínez de Hoz, la ley de entidades financieras prohíbe las cajas de crédito. Sucede que las cooperativas no tienen ganancias, ya que el excedente se reinvierte.
Hoy existen alrededor de tres millones de cooperativas en el mundo, y aquí, explicó Aveni, “las llamamos banco para no tener problemas”.
Luego el disertante se refirió a la difícil coyuntura económica, en el marco de la actual estructura capitalista, en una Argentina pobre, pero con riquezas, donde se puede hablar, explicó, de libertad de mercados, libertad de precios y libertad, en definitiva, de riqueza.
Hoy, con tasas impagables no se puede pagar la industrialización.
Luego de analizar los avatares de leyes que se derogan o no se cumplen, estimó que la sociedad genera problemas que no hay consenso para evitar. Y se preguntó si era posible luchar contra alguien sin escrúpulos teniendo escrúpulos.
Concluyó finalmente en la necesidad de apoyar a la industria para que pueda exportar, y en construir una sociedad con herramientas para que no ocurran estas cosas, concluyendo que el hecho económico es político.
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