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Viernes 29 de Marzo de 2024   











Hija/os con el corazón en Malvinas
28/4/2023 Tigre - Asociaciones

Hijas e hijos de ex combatientes: Con el corazón en Malvinas
Érica (32) es hija de Marcelo Neufellner, vecino de El Talar, panadero de oficio antes de la guerra de Malvinas. Belén (33) es hija de Claudio Roldán, también de El Talar, chofer de colectivos y camiones. Y Victoria (31), es hija de Rubén Serrano, electricista matriculado antes de la guerra. Los tres papás son ex combatientes de Malvinas.

Érica, Belén y Victoria conformaron la agrupación de Hijos e Hijas de ex Combatientes del partido de Tigre “Con el Corazón en Malvinas”. En esta entrevista relatan cómo vivieron en la infancia el tema Malvinas; la experiencia familiar y escolar. Los interrogantes de los primeros años. La comprensión en la adultez.

Y también señalan cómo decidieron agruparse y continuar con la lucha de sus padres por la soberanía de las islas, por supuesto, pero también por los derechos de los veteranos de la guerra. Y para que el sacrificio de aquellos jóvenes y la lucha de quienes volvieron, y el reconocimiento continúe y nunca se olvide.

Entre sus proyectos, puertas adentro, está el de conformar una comisión con personería jurídica, para poder ser parte de la subsecretaría de Hijos de la Federación provincial de ex combatientes. Además la personería les permitirá gestionar actividades y apoyos que no llegarían sin esa constitución formal.

No obstante, a lo largo de la entrevista se ve que esto es una formalidad. Las y los hijos de ex combatientes sienten, con el corazón, que son la posta de sus padres. Que reciben el legado para expandirlo. Y cuando llegue el momento lo van a transferir a los nietos que son sus hijos, y estos tal vez puedan ver independizadas las islas.

¿De la infancia recuerdan qué se hablaba con ustedes de las experiencias de sus papás en Malvinas?
Victoria (V.):
En casa mi papa es muy reservado; obviamente todos sabíamos que era veterano de Malvinas. El 2 de abril era una fecha muy importante, como lo sigue siendo. En el colegio también sabían y me acuerdo que me preguntaban ¿Qué te cuenta tu papá? ¿Y qué te dice tu papá? Las maestras también, me acuerdo… Pero el problema era que en mi casa mi papá no hablaba del tema. No hablaba. Y yo no sabía, por qué no me contaba. Si bien yo tengo pocos recuerdos de cuando era chica, él contando cosas de lo que vivió (piensa) poco y nada (enfatiza). No me quiero adelantar. Pero yo pensaba que era el único así, hasta que me encuentro con el grupo de hijos y conversamos. Yo decía: no puede ser que mi papá no me cuente. No sé ¿Pasó frío o hambre? ¿Qué vivió? Mi viejo no usa ropa camuflada como otros veteranos, no le gusta. Ahora de más grande entiendo el porqué, lo comprendo.
Érica (E.): En mi casa igual. Mi papá tampoco hablaba mucho del tema. Si sabía que mi papá había sido combatiente. No sabía, por ahí, la dimensión de lo que había vivido en aquel momento. Si recuerdo que los 2 de abril nos juntábamos los padres, los hijos muy chiquitos. Ellos lloraban y no sabíamos bien porqué. Y yo después más grande fui sabiendo las cosas por otros compañeros de él, pero no por él. Me preguntaban y yo no sabía qué responder. Me costó un montón también asimilar que él había pasado esa situación. De grande recién empecé a decir “¡Guau!
Belén (B.): Me pasó igual que a ellas dos. Salvo que no tenía noción de que mi papá era veterano porque en casa no se tocaba el tema directamente. No tengo recuerdo de haberle dicho a un compañero de la escuela “mi papá es veterano” hasta pasados los 10 años, por lo menos. Después de mis 10 años sí. Lo vi dos veces en el acto del colegio por el 2 de abril. Pero él no hablaba. Acompañaba a otros veteranos. Ahí recién empecé a saber que era un “veterano de Malvinas”. Quienes eran y demás. También coincido con Vicki en que cuando una va creciendo empieza a preguntar. Yo empecé en mi adolescencia. Igual me contó poco y nada porque era demasiado reservado. Los recuerdos no lo dejaban conversar con nosotros. Recuerdo que recién cuando yo tendría 15 o 16 años él se empezó a juntar con otros veteranos a hablar. Y ahí yo empecé a conocer su historia en Malvinas pero a través de otros veteranos.

¿Recuerdan haber visto reuniones, en la casa, con amigos o compañeros ex combatientes de los papás un 2 de abril u otro día?
Belén, Victoria y Érica a coro:
No, no, cuando éramos chicas no…
V.: Bueno, ahora que recuerdo, mi papá si alguna vez, con dos o tres veteranos y compañeros de la escuela de ingenieros.

¿Y en lo íntimo de la familia, primos, tíos, tampoco surgía el tema?
V.:
Mi familia siempre lo acompañaba. Mis abuela, mis tías, en casa mi mamá, nosotros con mi hermano Fran. Pero no surgía el tema. Todos lo respetaban. No sé si tendrán que ver las redes sociales. Hoy es más accesible tener llegada. Yo soy fanática de River y en el grupo de cancha todos me preguntan. Mi papá también es de River, de hecho el otro día fuimos juntos a la cancha, y la pulserita de la platea no se la sacó en todo el fin de semana (se ríe complacida). Y llevó la bandera del centro.
E.: Es muy similar en cada grupo de familia de los hijos. A ella le pasó, a ella y a varios de los hijos. Hace 20 años atrás no se hablaba de esta manera.
B.: Creo yo que también era la época. Ahora se habla mucho más del tema. Se comparte mucho más. No se hablaba de la experiencia individual de cada veterano ni de la guerra. Se empezó a visibilizar muchos años después. Hoy está la familia toda unida malvinizando, diciendo que la lucha sigue y Malvinas no quedó en el ´82. Se reconoce de otra manera. Se piensa y se vive de otra manera

¿Cómo surge la agrupación de hijas e hijos?
B.:
Hace cinco años más o menos… Nosotros en este centro nos juntamos desde hace muchos años como familia. Cuando el centro empezó era una casilla, arboledas, todo tierra. Fue creciendo de a poco. Y nosotros empezamos a conocernos como hijos, sin grupo ni nada. Hace cinco años entonces, más o menos, los veteranos nos dijeron “tienen que juntarse, conocerse”. Y siempre quedó eso de que ellos quisieron que nosotros nos juntemos. Y hace un par de años nos enteramos de que en la Federación de la provincia de Buenos Aires (de ex combatientes y veteranos) había una subsecretaría de hijos. Y en 2021, en octubre, nos invitan a que como hijos vayamos y conozcamos la subsecretaría y para ver si nos animábamos aquí en Tigre. Fuimos tres chicos y yo. Conocimos de varios lugares de la provincia, José C. Paz, La Matanza, San Isidro, Punta Alta.

¿Les gustó la experiencia?
B.:
Si pasamos una hermosa tarde. Les contamos a los veteranos y empezamos a contactar hijos
V.: Si. Por whatsapp se fueron sumando a un grupo. Estábamos todavía en pandemia. Los primeros encuentros con los otros centros eran por zoom. El primer 2 de abril, después de eso, que fue justo para los 40 años (de la guerra de Malvinas) vinieron un montón de veteranos con sus hijos. Y no podían creer que había un grupo de hijos en Tigre. Nuestro homenaje lo hicimos acá al otro día del 2 de abril
B.: Desde octubre del ´21 a abril del ´22 eran los que íbamos reclutando, por decir de alguna manera. Otros se sumaron recién ahora.

Ustedes tres coinciden en la edad ¿Hay esa coincidencia en los grupos en general?
E.:
Hay de todas las edades. Una de las más chiquitas tiene 12, 13 años ahora. Es Anto, de acá del grupo. La mayoría tiene entre 20 y 30 años. De veteranos en general también hay más chiquitos.

¿Qué piensan ustedes de la soberanía?
B.:
Para mí las Malvinas son argentinas. Lo que se espera es que no haya otra guerra. Que podamos recuperarlas diplomáticamente. Antes de involucrarnos no teníamos noción. Sobre la soberanía no habíamos hablado nunca. Era compartir, hablar, más una cosa afectiva que “legal” entre comillas ¿no? Malvinas lo siento desde el corazón.
E.: Son Argentinas. Están en nuestro territorio. Antes sonaba como algo más en la escuela. De los libros. Pero que las hayan usurpado no significa que no son nuestras.
V: Va a llegar el día en el que se pueda volver a poner la bandera. Hay muchos veteranos que fueron. Mi papá, por ejemplo, no quiere ir. Yo le dije un montón de veces “me encantaría ir, por con vos”, pero no quiere ir hasta que no esté la bandera. Yo lo respeto.

¿Por qué sintieron que, como les pedían los veteranos, si tenían que juntarse?
V.:
Cuando me entero de la secretaría y de que en los partidos había grupos de hijos y nos empezamos a juntar noté lo que decía antes. Charlamos, empezamos a hablar de nuestros papás. Y coincidíamos en que eran reservados. Desde allí tuve una conexión con mi papá que no habíamos tenido antes. Me cuenta cosas que cuando era chica no contaba, y más emocionales. Creo que me lo permití preguntarle, cuando los otros hijos me dijeron que a ellos les pasaba lo mismo. No es que eran “reservados”, no hablaban. Yo decía que era una lucha de mi papá. Pero entendí que ellos quieren que no los olviden.
B: Que no quede en los libros solamente. Ellos en algún momento se van a ir. El año pasado (en 2022) perdimos dos (se refiere a Alejandro Vasco y Patricio Louzao) que los queríamos mucho acá. Y que nos querían. Recuerdo que en conversaciones con el Vasco (su apellido también era sobrenombre amistoso) él me decía “ustedes tienen que juntarse, inviten a otros chicos, tratemos de hacer algo, búsquenlos”. Ellos querían compartir. Yo me di cuenta de que a ellos les faltaba que nos unamos nosotros, sus hijos. Nosotros nos juntamos y ellos vienen. Nos arman un asado. Les gusta que estemos juntos. Les contamos y les avisamos que íbamos a formar el grupo de hijos, no queríamos pasarlos por arriba. Sonrieron y nos pusieron a disposición el lugar.
E.: Queremos acompañarlos en todo. Seguir con su lucha y su legado. Ellos quieren que el centro siga, que no se vaya con ellos. Acá se hacen muchas actividades solidarias. Juntamos ropa, alimentos. Cuando ellos ya no estén nosotros seguiremos teniendo el 2 de abril. Malvinizando. Haremos lo que ellos hacían. Con los colegios. Para el día del niño también.

¿Qué actividades programaron como agrupación de hijos e hijas?
V.:
Los veteranos todos los años tienen sus olimpiadas a nivel nacional. Nosotros el año pasado (2022) hicimos nuestras “olimpiaditas”. Las hicimos acá a nivel provincial, lo hablamos con la subsecretaria antes, claro. Era amistoso, pero fue el primero. La sede suele ser acá, a nivel provincial de los veteranos, porque es el centro más grande; y nosotros aprovechamos eso. Pero este fue el primer encuentro de hijos.
E: Aprendimos un montón. Conocimos otros centros.
B.: Eso es algo que el vasco nos decía siempre, que nos juntemos a hacer deporte. Y juntarnos con otros centros.

¿Y qué tienen en carpeta?
V.: Nosotros vamos con lo solidario porque nuestros padres nos inculcaron eso. Ser solidarios. Surgió lo del buzón en el acto del 2 de abril (se refiere a un buzón para dejar mensajes actuales a los ex combatientes, que instalaron en la plaza de Gral. Pacheco), con la subsecretaría de Hijos.
B.: Tuvimos el último congreso del año de Hijos acá en Tigre. Y uno de los proyectos era malvinizar en las facultades. Con profesores de historia. La idea es que acompañemos a los veteranos, nuestros papás, y la causa de Malvinas quede a través de la generaciones.


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