El Centro Cultural Floreal “Negrito” Avellaneda convocó a la Charla-Debate y homenaje, “Derrota del nazismo hitleriano”, el viernes último. Se conmemoraba un nuevo aniversario de la derrota del nazismo por las fuerzas aliadas. Fue en la Biblioteca Popular Sudestada, Aristóbulo del Valle 1631, Florida.
Entre los adherentes a la jornada se encontraban: el Centro de Estudios CEFMA; la Casa de la Amistad Argentino Cubana, la Biblioteca Popular Sudestada, el Centro Cultural Tiempos Modernos y el Foro Naval Hipólito Bouchard.
El primer disertante fue, Juan Disante (CEFMA), que realizó una síntesis de los principales hechos luego de la Segunda Guerra. Señaló en primer lugar la importancia de la lucha antifascista, que culminara con la creación de las Naciones Unidas en 1955; y recordó los cambios culturales producidos antes, en parte como consecuencia de la Primera Guerra (1914-1918).
Entre otros, el fortalecimiento de la clase obrera mundial; la emancipación de la mujer; el desprestigio de las clases más ricas y los avances significativos en áreas de arte y cultura, como el avance del psicoanálisis, la aparición del surrealismo y el desarrollo de la música sinfónica, entre tantos otros. Como aspectos sobresalientes, mencionó también la enorme competencia neocolonial entre las grandes potencias y el extremo nacionalismo (entre otros en Alemania, Italia e Inglaterra), un clima militarista y belicoso que culminó en una guerra imperialista. La aparición de la Revolución Rusa. Una revolución en paz (aunque luego agredida por el Ejercito Blanco y la intervención de diversas potencias). Todo ello en medio de un siglo revolucionario, “el más humanista de la historia”; aunque también destacó el aspecto negativo de la sociedad de consumo, que fue concentrándose en las ciudades, pero también desarrollando tecnología y cultura. Contradicciones de una sociedad que pergeñó la Revolución China, el Mayo francés, el progreso en la defensa de los Derechos Humanos y que se liberó de cargas estéticas anteriores en el cine, el teatro y la literatura. Y junto a ello se desarrollaron con vigor las luchas de liberación colonial.
Este punteo temático, que no abarca todo lo expresado por Disante, define en cierto modo los importantes cambios que se vienen desarrollando, y mucho más luego de 70 años del fin de la guerra; y como expresó el disertante, si bien el sistema capitalista intentó e intenta por todos los medios usar estos avances culturales para sus propios negocios, se construyeron y se construyen alternativas democráticas de participación y se perfilan transformaciones en países emergentes , en otros (Grecia, España), y hasta en organismos como el FMI (con Rodrigo Ratto preso).
Por su parte, Alberto Noguerol, de la Biblioteca Sudestada, reafirmó el carácter plural de su institución. Recordó cuando el fascismo llevó al extremo al sistema capitalista, junto con la idea de una raza superior, que no solo se impuso o alcanzó cierto éxito, no sólo en Alemania, sino también en Italia, España, Portugal, Austria, Hungría, Rumania (que aportó medio millón de franceses al ejército nazi-fascista, y que tuvo en principio el apoyo económico de potencias como Inglaterra y EE.UU). Luego –explicó- fueron las grandes empresas las que se apoderaron de los mayores ingresos cuando se produjo la caída del nazismo. Para Noguerol el poder de los medios concentrados inventó la gran victoria del desembarco en Normandía, cuando las batallas principales se dieron en la Unión Soviética: Stalingrado, que fue una batalla casa por casa desde agosto de 1942 a febrero de 1943, con casi dos millones de soldados en lucha. La emblemática Leningrado (antes Petrogrado y San Petersburgo), donde el sitio provocó 1,2 millones de muertos entre la población, con una resistencia de 900 días al hambre y el frío, con un racionamiento obligado que iba de 500 a 100 gramos por día de alimentos (donde se incluía hasta aserrín). La batalla de Moscú, donde las tropas alemanas llegaron hasta 40 kilómetros del centro el 7 de enero de 1942. También hablo Noguerol de la batalla del arco de Kursk, detrás de los montes Urales, donde se concentraba la industria (4,5 millones de soldados atacaron en abril de 1941). Finalmente, fue detallada la contraofensiva rusa, que llega a Berlín en enero de 1945 y vence las defensas en una lucha que se extendió entre el 20 de abril y el 22 de mayo de 1945. Como muestra de la participación de todos los sectores sociales en las luchas, Noguerol relató cómo el 9 de agosto de 1942 se estrena la 7° sinfonía de Shostakovich, dedicada al cerco de Leningrado, en la misma ciudad. O el testamento vital de una niña de 14 años que escribió como desaparecían poco a poco todos los miembros de su familia víctimas del asedio. No alcanzó la fama de Ana Frank en occidente, pero el de Tatiana Sávicheva, con la entereza de un gesto, fue un diario utilizado como prueba en los juicios de Núremberg, que junto a otros desgarradores relatos, describía la entereza y la lucha de un pueblo por alcanzar su libertad.
Por último, Jorge Kreynes (responsable de Relaciones Internacionales del P. Comunista) señaló cómo los ejemplos brindados están hoy dentro de la teoría de “la guerra de todo el pueblo”, y relató que el último 9 de mayo en Rusia se realizaron grandes desfiles del “ejército inmortal”. Una convocatoria que incluyó a parientes de los caídos, que concurrieron con retratos de familiares muertos en la guerra. Kreynes señaló que pese a la implosión de la URSS, con el debilitamiento y la derrota del pueblo ruso, se siguen manteniendo los valores de 1917 (paz, pan, tierra) o el orgullo por la “Gran Guerra Patria” del 45. Lo lamentable, opino, es que los grandes monopolios, que en su momento apoyaron el avance del nazi fascismo (Bayer, Ford, Siemens), mantienen y acrecientan su poderío. Pero hoy el verdadero poder –consideró- pasaría por los Brics. Hoy la guerra estaría entre el dólar y el petróleo, y por eso en estos días asumen su importancia los Brics y su moneda, y si se debilita el dólar se crean mejores condiciones para los pueblos, hay cambios en Europa, hoy el ALBA también saca su propia moneda.
Para el final hubo preguntas, opiniones, respuestas, alguna polémica, el recuerdo de millones de muertos que encabezó Rusia, le siguieron China y Europa, Japón y, fundamentalmente, civiles, mujeres, niños y ancianos indefensos. Muchos años para reconstruir lo que no se puede reconstruir, y grandes ganancias para los mayores monopolios del mundo.
