La Idea Tango es la idea de Pablo Cerioli, quien luego de trabajar para otros durante algún tiempo, y de aventurarse en la compraventa, decidió tomar el riesgo e iniciar su propia empresa. Hoy, 20 años después, sigue siendo una de sus pasiones. Es su trabajo, su forma de mantenerse y su contacto con las personas, las que van todos los días, que conversan, que opinan, que critican, y que le dan una idea de lo que necesitan de él y de su negocio.
Todo comenzó, recuerda Cerioli, “cuando aparece la oportunidad de ese agujerito en Rolón, donde había un acuario, y pensé que este podía ser el lugar para comenzar… yo no pensé que Tango iba a superar la vidriera…”. Acá comienza otra historia que se anexa: “en un desfile que se hizo en el Colegio Güemes, vinieron las mamás de las chicas a pedirnos mercadería para el desfile… y ahí me di cuenta, cuando la gente hablaba de lo que había visto sobre la pasarela, que el negocio ya no era el bolso de Pablo, sino que era un nombre que yo le había puesto, y era Tango”. Y entonces “se abrió otra posibilidad de trabajo sobre la imagen de un local que estaba ganando una imagen dentro de la comunidad”.
Fue así que, trabajando sobre eso que se fue armando, Cerioli fue proyectando: “primero está la comunidad; sobresalir o hacerte ver, hacerte conocer, lograr cubrir tus necesidades trabajando en la comunidad, y después, había posibilidad de avance, de progreso, de verlo como una empresa más grande, ¿y por qué no hacerlo?”. La política del negocio, según su creador, siguió siendo “llegar al público con un producto de buena calidad a un precio más bajo, para generar más consumo, para cubrir también una función social, para asegurar clientela con la misma fidelidad”, asegura Pablo. Y logró el local propio, paso fundamental para que el negocio floreciera. Y, además, se fueron abriendo el resto de los locales Tango, con la misma idea: Boulogne, Munro, Carapachay, Villa Pueyrredón, Cardales, Ramos Mejía, Capilla del Señor.
Hoy, a 20 años de ese primer desafío, Cerioli sigue apostando a Boulogne, y confiando en los avances tecnológicos, como la utilización de las redes sociales, que sirve, y mucho, para visualizar lo que las personas quieren.
La Cámara, esa otra pasión Otra pasión que moviliza a Pablo Cerioli, es la Cámara de Industria, Comercio y Profesionales de la Ciudad de Boulogne, de la que forma parte desde su creación, hace algunos años. La Cámara es una entidad que agrupa principalmente a los comerciantes de la zona, para ayudar y apoyar el movimiento comercial, y el crecimiento de Boulogne como ciudad. Aquí, Pablo Cerioli encontró su lugar, y viene trabajando junto a otros miembros, en la organización y realización de festivales, cursos, sorteos, promociones y otras actividades en pos del bien común: la comunidad. Y actualmente, vienen sosteniendo un plan que incluye seguridad, limpieza, estacionamiento, la “insistencia para que Sarratea sea parte de la ciudad” y se termine su ensanchamiento y asfaltado, entre otras cuestiones.
Hace dos semanas, se eligió a la nueva comisión directiva de la Cámara, que es la siguiente: Presidente: Pablo Cerioli Vicepresidente: Guillermo Pérez Zanuso Secretario: Alberto Gamito Prosecretario: Claudio Girasole Tesorero: Daniel Romero Protesorero: Franco Nístico Revisión de Cuentas: Marcelo Mazzarone, Sergio Cargnoni Vocales: Alejandro Donato, Marcela Perrone Vocales suplentes: Luis Bernando, Daniel Gutiérrez
