Buscar:
Google
Agregar a Favoritos
Viernes 26 de Abril de 2024   











Mitos en primeros auxilios
17/9/2018 Región Metropolitana Norte

Asegura que “de generación a generación se transmiten costumbres que, aún con la intención de preservar la salud, no son convenientes y pueden empeorar el estado de de las personas. A continuación te contamos cuáles son las prácticas incorrectas más comunes y qué hay que hacer en situaciones de emergencias médicas”.

La Dra. Mariela Ghiggi, que es Coordinadora Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos de la Clínica Olivos (MN. 90166), dice que el lenguaje demasiado técnico que se usa o “por tocar conceptos que se dan por sobre entendidos”, se hace necesario dejar de lado algunos mitos y ofrecer consejos apropiados para aquellas situaciones.

Algunos de estos mitos
Convulsiones
: Se suele escuchar que ante una convulsión “hay que meterle algo en la boca” al paciente, ya sea los dedos, un palo o una cuchara. Pero esto solo puede agravar el cuadro.
Las convulsiones ocurren cuando la actividad eléctrica normal del cerebro se desorganiza. Estas descargas producen contracciones musculares y movimientos corporales involuntarios. Además, puede producirse rigidez de tronco y extremidades, sacudidas y movimientos de flexión y extensión.
Hay diferentes factores que pueden provocarla: lo más común es fiebre pero también puede ser por traumatismos de cráneo, hipoglucemias, intoxicaciones, y lesiones térmicas. En el caso de las febriles, no suelen dejar ningún tipo de secuelas. Suelen ocurrir entre los 6 meses y los 6 años de vida. En el caso de que la convulsión se prolongue durante más de quince minutos, probablemente no se tratará de una convulsión febril típica y se deba llamar al número de emergencias.

Ahogamiento:
Es un accidente muy común en niños, sobre todo en los meses de verano. Se considera la segunda causa de muerte accidental, tras los accidentes automovilísticos. Cerca del 50% de los casos de asfixia por inmersión ocurren en niños entre 1 y 4 años.
Siguiendo los mitos populares suele escucharse que es importante que la víctima vomite y elimine el agua. Esto no es así. El contacto de una pequeña cantidad de líquido en la vía aérea, donde sólo debe pasar el aire, conlleva a un importante espasmo: la vía aérea se cierra e impide que el oxígeno llegue a los pulmones y por ende al resto de los órganos. En estos casos es importante aplicar maniobras de RCP para lograr el suministro de oxígeno. Luego el propio organismo reabsorberá el agua.

Golpes en la cabeza:
En este tipo de casos el mito más escuchado es: “No dejar dormir al niño que tuvo un golpe en la cabeza”. Esto no es así: el sueño no empeora la evolución del traumatismo; lo único que hace es impedir detectar cambios de conducta o de nivel de conciencia.
Es fundamental saber diferenciar el grado del traumatismo. Para ello se debe estar alerta ante la eventual aparición de ciertos síntomas que orientan a la detección de un daño cerebral.

Picadura de insectos:
Los niños son curiosos y exploran su entorno. Esto los lleva a enfrentarse con insectos como abejas, avispas, hormigas, garrapatas y mosquitos. Los insectos venenosos solo son agresivos si se sienten amenazados o molestos. El hecho de que los pequeños jueguen cerca de sus colonias puede ser interpretado como amenaza.
Con las picaduras, los insectos inyectan su veneno a través de la piel, lo que suele generar irritación o una reacción alérgica, acompañadas por picazón, dolor o hinchazón de la zona. En situaciones como esta suele escucharse recomendarse “orinar en la tierra y untar la picadura con ese ¨barro¨, pero esto es incorrecto.
La mayoría de las picaduras de insectos no requieren de atención médica, pero otras pueden conllevar a una reacción alérgica grave y, en ocasiones, conducir a la muerte ya que en muchos casos se desconoce que el niño sea alérgico.

Picadura de Víboras
En estos casos sueles escucharse que hay que “chupar el veneno de la herida”. Pero lo correcto es:
Alejar a las personas que están en la zona y llamar al número de emergencias.
Tranquilizar al niño, indicarle que no mueva la parte del cuerpo donde está la mordedura.
Quitarle la ropa que le ajuste.
Lavarle con jabón y agua la zona de la mordedura.
Si la serpiente está herida, no tocarla: podría morder y ser peligrosa.
Si es necesario mover al animal de la zona, use para ello una pala de mango largo.


Link Permanente:  http://www.prensalibre.com.ar/index.php?id=14468
   
  
 
Agregar Comentario:
Nombre:
Email: (opcional)
Comentario:
Cdigo de Seguridad:
Cdigo de Seguridad